Jarro de agua fría

No falló nadie y sí lo hizo el Cádiz. El equipo de Víctor Espárrago se ha complicado la vida enormemente después de ser incapaz de vencer a un Huesca que se quedó con diez jugadores sobre el terreno de juego mediada la segunda parte y que acabó con nueve en el descuento. Al inicio de la jornada todo estaba de cara a los intereses del Cádiz: dependía de sí mismo y encima, se había adelantado a los seis minutos de juego tras una buena jugada individual de Enrique. De hecho, estuvo a punto de batir nuevamente al guardameta del Huesca. Todo parecía estar de cara, pues, además del gol y de las oportunidades, la defensa local mostraba una gran inseguridad, incapaz de asimilar el mazazo recibido nada más empezar el partido. Pero llegó el golazo de Luis Helguera, ayudado por el viento que soplaba en El Alcoraz, para instaurar las tablas en el marcador y ahí cambio el partido. La iniciativa en el juego la monopolizó el Huesca. Las llegas al área, que antes habían sido materia exclusiva del Cádiz, pasaron a ser más constantes para el conjunto altoaragonés. Con ese panorama tan desolador, lo mejor que le podía pasar al equipo amarillo era marcharse a los vestuarios a sosegarse un poco y tratar de idear una estrategia para atacar al Huesca. El equipo estaba, con ese empate, con cuarenta y ocho puntos, en puestos de descenso y empatado con Las Palmas. Tras el descanso la cara del Cádiz no mejoró. Todo lo contrario: los oscenses gozaron de una buena doble ocasión de gol para culminar su remontada. Mediada la segunda parte Luis Helguera se autoexpulsó, tras propinarle un codazo a López Silva delante del árbitro. Era un gesto raro de un jugador veterano, curtido en mil batallas, quizás achacable a los nervios del partido. Parecía que el partido cambiaba y que el Cádiz, a poco que se tranquilizara, entrara en contacto con la pelota y ensanchara el campo, buscando a sus extremos, se llevaría el gato al agua. Sin embargo, el Huesca, sin nada que perder –pues si el empate era malo para los intereses cadistas, era aún peor para ellos-, se lanzó a la desesperada al ataque. Y fue ahí donde el equipo de Antonio Calderón se llevó el premio a su perseverancia, después de que Camacho superara a Dani Miguélez. Pudo más le fe del Huesca que la del Cádiz y el fútbol, al fin y al cabo, es un estado de ánimo. Este gol no sólo cambiaba el partido, sino también la clasificación: de estar un punto por debajo del Cádiz, el Huesca pasaba a ocupar la decimoquinta posición. Casi nada. Con 2-1 acabó el partido, sin que el Cádiz diera verdaderas muestras de reacción ante este segundo tanto del Huesca. Los resultados en otros campos no acompañaron, ya que el Murcia logró ganar a Las Palmas, el Albacete hizo lo propio ante el Girona y el Salamanca empató con el Betis. La situación se ha puesto verdaderamente fea: todo ha cambiado radicalmente. De ocupar la decimoséptima posición, se ha pasado a ocupar la vigésima. De depender de sí mismo, el Cádiz ha pasado de depender de los demás en la última jornada del campeonato. La salvación se ha puesto muy cuesta arriba para el Cádiz y las lágrimas al término del partido en El Alcoraz de algunos jugadores, como Raúl López, son buena muestra de ello. Matemáticamente es posible, pero la salvación está bastante complicada. El Cádiz, de entrada, debe ganar en Carranza al Numancia. Pero es que, además, debe esperar que dos de los cinco equipos que le superan en la clasificación (Las Palmas, Albacete, Salamanca, Murcia y Huesca) no ganen sus próximos compromisos. Quizás lo más difícil de estos pinchazos ajenos sea que los rivales directos del Cádiz se enfrenten a equipos que nada tienen que jugarse en esta Liga Adelante 2009-2010 y que, por lo tanto, jugarán algo más relajados. Resulta complicado imaginar que la permanencia del Cádiz se acabe materializando, más ahora con la derrota contra el Huesca tan reciente, pero en el mundo del fútbol todo es posible. Mientras hay vida hay esperanza y eso es a lo que debe de aferrarse la plantilla cadista, que deberá jugar en Carranza y, de manera indirecta, hacerlo en otros estadios de Segunda División.

Autor:Belmonte

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