Al Cádiz le basta con un cuarto de hora.

cad_uds_02.jpgUn sexto. Sólo un sexto de partido ha necesitado el Cádiz para desembarazarse de una Unión Deportiva Salamanca excesivamente débil e inocente. Poco menos de quince minutos de fútbol y una hora larga de nadar y guardar la ropa, sin más ambición que los detalles individuales de Matías Pavoni y la satisfacción de volver a dejar la portería a cero.

El Cádiz saltó al césped con Neru en lugar de Ramón de Quintana y con la intención clara de solucionar el partido por la vía rápida. La doctrina del KO rápido que Jose trata de imponer a sus hombres alcanzó en esta ocasión la pretendida eficacia. En unos minutos de fútbol excelentes, guiados por la brújula de Abel Buades, con la velocidad de Pablo H. y la clase de Matías Pavoni el Cádiz pasó por encima del Salamanca.

Estos dos hombres fueron los protagonistas de los dos goles. En el primero, un pase en profundidad de Abel Buades al Cacique Medina, el uruguayo controla y la pisa para Jonathan Sesma que centra con precisión. En el segundo palo remata Pablo H y, con la colaboración del Felip, el balón besa las mallas de la portería de Fondo Sur.

cad_uds_03.jpgEn el segundo, de nuevo Pablo H. como estrella principal. El joven jugador cedido al Cádiz encara a su par y centra raso para que Matías Pavoni, sorprendentemente solo en la frontal del área pequeña hiciera el segundo. Apenas iniciado el partido estaba muerto y no ya por la exhibición del Cádiz sino por la incapacidad charra. El equipo de Javi López viendo la que le estaba cayendo decidió esconderse en el área y esperar que escampara para visitar el campo del Cádiz.

Mientras en el Cádiz Pavoni seguía conduciendo el ataque, Raúl López volaba por la banda izquierda, Fleurquin seguía haciendo méritos para llevarse el reconocimiento del jugador más regular de la temporada amarilla. Pero el engranaje cadista se resintió en el mismo instante que el bíceps femoral de Abel Buades le mandaba un aviso. El ex del Nástic tuvo que ser sustituido y la fluidez y sencillez con la que el Cádiz estaba haciendo fútbol se vio resentida. Fue el único momento que el Salamanca aprovechó para venirse arriba. Un tremendo disparo de Roberto fue mal despejado por Armando y justo cuando tres jugadores charros se lanzaban a empujar la pelota el Cacique Medina haciendo un escorzo logró conjurar el peligro. El abrazo de Armando al uruguayo tenía más de personal que de colectivo porque si cualquiera de los jugadores salmantinos hubieran remachado la jugada sólo podría haberse considerado como una cantada del vasco.

La lástima es que el Cacique no estuviera tan afortunado en el otro área unos minutos más tarde. El uruguayo recibió el balón, se plantó ante Felip, totalmente sólo y, cuando todos cantaban el gol, estrelló la pelota en el pie del portero catalán.

cad_uds_04.jpgLa segunda parte sobró completamente. El Salamanca nunca dio sensación de poder lograr el empate y el Cádiz no quiso hurgar más en la herida. Mención especial merece, una vez más, el entramado defensivo amarillo. Los seis hombres que más defienden, porque con Jose González los diez jugadores de campo trabajan en la recuperación, estuvieron muy bien, especialmente los dos laterales que, al no verse demasiado exigidos por sus oponentes se prodigaron en el ataque una y otra vez. El caso de Luciano Vella resulta, semana tras semana, más increíble. Pensar que este jugador estaba defenestrado con el anterior entrenador tiene muy difícil explicación.

Con detalles individuales se fue desarrollando la segunda parte en la que Matías Pavoni siguió demostrando lo fino y acertado que está y Enrique Ortiz volvió a hacer un regate, prácticamente, un año después. Por el contrario, Acuña siguió sin desvirgarse ante el gol con la camiseta amarilla. Lo peor, la lesión de Pablo H. Esperemos que no sea nada.

Al final los tres puntos más sencillos de la temporada desde aquella ya lejana visita del Vecindario. El Cádiz con 42 puntos recibirá el mes de marzo como cuarto clasificado a cinco del grupo de arriba.

 

Autor:JG del Valle

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