Las dos caras del Cádiz


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 Un Cádiz de dos caras.

El Cádiz cayó derrotado tras su visita al campo del tercer clasificado, el Cartagena. Era un escenario en el que se podía perder, ante un rival ante el que se podía perder (de hecho no creo que muchos de los rivales por la permanencia del Cádiz sean capaces de derrotar al conjunto albinegros) pero creo que no de la forma en la que se perdió. La diferencia entre ambas plantillas era manifiesta, pero a pesar de esto el Cádiz le puso las cosas muy difíciles a su rival en la primera parte. Este es un equipo bipolar, al que la gasolina le dura cuarenta y cinco minutos y que, en consecuencia, da dos caras distintas en todos los partidos. Una cara A, en el primer tiempo, en el que el equipo presiona, sale a comerse a su rival, mantiene la intensidad defensiva y ofensiva, se mantiene cohesionado en todas sus líneas y goza de muy buenas ocasiones. Ante el Cartagena cierto es que no se pudo ver esto, pues el Cádiz atacó poco (en parte porque Enrique Ortiz, baluarte ofensivo en las últimas jornadas no tuvo su día) pero a nivel defensivo el trabajo de los de Espárrago fue inmejorable. Los ataques del Cartagena, quizás bastante estáticos por carecer de un hombre que incordiara entre líneas, eran repelidos como en un frontón por la zaga amarilla. Sólo Longás, con su gran trabajo en el centro del campo, fue capaz de darle peligrosidad y verticalidad a su equipo.La cara B es la de las segundas partes: un equipo que acusa el gran esfuerzo del primer tiempo, que sufre un bajón físico y que acaba a merced de su rival. Esta cara B es la que le ha costado puntos al equipo y que se caracteriza por los errores defensivos, además de por la incapacidad para sobreponerse a las adversidades. Fue quitar el técnico del Cartagena a Balboa, al que tenían muy controlado Erice y Cifuentes, para introducir a Víctor y derribarse todo el trabajo del primer tiempo como un castillo de naipes. El ataque del Cartagena dejó de ser estático, pues si por algo se ha caracterizado Víctor ha sido por su movilidad. El extremeño fue una pesadilla, actuando como mediapunta, por banda derecha, en la punta del ataque… Y desarmó al Cádiz. Da la sensación de que este equipo, en cuanto se ve presionado mínimamente o el rival se viene arriba, es incapaz de plantarle cara. Nada más recibir el segundo gol en contra el Cádiz se vino abajo, no intentó buscar el empate y se dejó llevar por su rival, algo muy peligroso cuando este tiene el potencial ofensivo del Cartagena. Sí, es cierto, el Cartagena fue superior, pero también lo tuvo muy fácil, tanto por la falta de personalidad del Cádiz como por sus lagunas defensivas.

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