Demasiados goles


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 Demasiados goles son 48 en 27 partidos

Si analizamos los cuatro goles recibidos por Casilla (que elevan a cuarenta y ocho los tantos encajados esta temporada por el equipo, demasiados para estas alturas de temporada) nos daremos cuenta de que se debieron en gran parte a fallos de marcaje o de concentración de la defensa. El primer tanto del Cartagena, que suponía el empate en el marcador, llegó tras un saque de esquina sacado por Víctor, que llegó al corazón del área. Txiki, que llegaba desde atrás, consiguió y sin apenas oposición, peinar el balón adelantándose a Cifuentes. El bote del balón sorprendió a Kiko Casilla y a Álvaro Silva, que debería de haber cortado el esférico, pero que ni siquiera llegó a tocarlo, pues Toché le ganó la partida al central amarillo. El atacante del Cartagena, sin nadie que le inquietara disparó (y mal, pues lo hizo al larguero) y consiguió marcar. Quisiera eximir de este gol a Casilla, que si bien toca el balón con la rodilla y acaba propiciando que éste entre en su portería, hizo lo que debía hacer. A pesar de este gol el equipo no se arrugó e intentó atacar, aunque era cuestión de tiempo que el Cartagena hiciera el segundo. Un gol que nació en las botas de Longás, que solo en el medio del campo asiste genialmente a Juan Carlos Moreno, que estaba en la banda izquierda. Cristian intenta cortar el esférico, no lo consigue, se queda tirado en el suelo y con la posición perdida, regalándole un pasillo a Moreno, que ante la pasividad de Fragoso y Álvaro Silva, centra. El balón en rematado en el área grande de cabeza por Víctor, que estaba peligrosamente solo. Un regalo que un jugador con su experiencia no podía desaprovechar. Fue un gol que evidenció las lagunas defensivas del equipo y que condenó al Cádiz. ¿Por qué no había nadie haciéndole la cobertura a Cristian en el momento en que el lateral amarillo decidió cortar el pase de Longás? ¿Por qué nadie cubría a Víctor, aún a sabiendas de que era el único atacante al que Moreno podía centrar?

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 Raúl, pese a que se vio superado por Víctor en el segundo tanto, fue el defensa que mantuvo mejor nivelVio la quinta amarilla en Cartagena y no estará con el Rayo

Si el segundo gol muestra una defensa débil y endeble, el tercero da la sensación de que la zaga es calamitosa. Un centro desde lejos de De Lucas al área que le llega a Toché, defendido por Raúl López y Álvaro Silva, acaba besando las mallas de la portería de Kiko Casilla. Raúl López no puede hacer nada, puesto que el balón, por la trayectoria que tenía, le acaba superando completamente. La responsabilidad es de Álvaro Silva, que debería de haberse empleado con contundencia, puesto que tenía el balón de cara, y despejar el peligro de las inmediaciones del área. Pero el defensor no pudo hacerlo, porque se vio inexplicablemente superado por Toché, que llegaba desde atrás y que consigue marcar cuando Silva tenía toda la ventaja.Finalmente, tenemos el cuarto y último gol del Cartagena, que es una mezcla de la calidad ofensiva del rival (al que no quiero restarle méritos, aunque con la defensa del Cádiz es muy fácil hacer daño), el bajón físico del equipo y su escasa disciplina defensiva. Después de un saque de banda, tres jugadores albinegros (dos si quitamos al encargado de poner el balón en juego desde la banda) rodeados por cinco cadistas logran mantener el balón. Víctor, de espaldas a la portería y cubierto por Cristian, es capaz de jugar el balón de tacón para que llegue Moreno, que hasta el momento del taconazo estaba defendido por Fragoso, pero que recibe y controla el balón sin oposición. El por qué Fragoso optó por no seguir al atacante cartagenero es un misterio. Cristian y Raúl López buscan a Moreno para obstaculizarle, pero el antiguo capitán del Numancia logra armar un centro que remata dentro del área y ganándole nuevamente la posición a Álvaro Silva, De Lucas. pretemporada_01_05.jpg¿Qué conclusiones se pueden sacar de estos cuatro goles? Que la defensa del Cádiz no está a la altura de una competición tan exigente como Segunda División. La falta de intensidad defensiva, la debilidad, la escasa contundencia y el nulo marcaje al rival son tan patentes que cualquier rival, con poco que haga, saca petróleo. No se pueden conceder tantas facilidades, porque los rivales no van a perdonar. Espárrago ha conseguido que el equipo marque goles (aunque no tantos como debería) pero tiene como asignatura pendiente mejorar el balance defensivo del Cádiz. La solución, cuando el equipo jornada tras jornada encaja bastantes goles (tres la pasada semana ante el Albacete y cuatro esta) parece imposible. Quizás la clave la tenga De la Cuesta, muy del gusto del cuerpo técnico, inédito esta campaña y que en Valladolid dio muy buenos resultados. Quizás, también el retorno al once de Fleurquin, pues se nota bastante la falta de un jugador que en el círculo central, con jerarquía y dotes de mando, haga un poco de trabajo sucio. Nadie mejor que el uruguayo para esta tarea. Desde luego y, con todos mis respetos, la solución para mejorar la situación defensiva del Cádiz no se haya en una defensa formada por Raúl López y Álvaro Silva. Sobre todo, formada por este último. Es un defensa blandito, sin presencia física y al que cualquier atacante puede desbordar y superar. Ahora más que nunca, la salvación pasa por hacerse fuerte en Carranza y por solucionar las lagunas defensivas.

Autor:Belmonte

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