Un punto que sirvió para quitarnos el frío

El Cádiz sumó en una tarde muy frío. Un punto que nos hizo sentir menos helados al final

El Cádiz sumó un punto en una tarde muy fría, gélida más bien. Un punto que no nos dejó helados, a pesar de que el viento del Norte, y la coincidencia del rival de turno hicieran presagiar durante gran parte del encuentro que la muchachada de Preciados iba a conseguir el propósito de su entrenador: «Ganar en Carranza puede ser casi decisivo». Muy buenas hechuras las mostradas por el Racing en Carranza. Fortaleza física a raudales fue lo que diseñó Preciados para dejarnos como el hielo. Sobre todo Melo, Damiá y Pinilla crearon enormes problemas en el primer tiempo a la defensa cadista. Por eso todos dimos el resultado como justo al descanso. Incluso muchos ya hablaban de la importancia de no perder ante un rival que se presume compañero de fatigas para el final. Tras el parón reglamentario para tomar café (quien pudiera…) los chicarrones del Norte seguián demostrando porqué ellos se entrenan con nieve. Sólo tardó Espárrago siete minutos para pretender quitarnos el frío con los dos cambios que hizo al unísono. Unos cambios que no gustaron a cierto sector de la grada. Ppara mi gusto reprobables los gritos de ánimos a Bezares tras su sustitución. Reprobables por lo inoportunos y por la falta de respeto a los once compañeros que tenían que vencer a los racinguistas. Luego llegó el penalti que se fabrica Matabuena, aunque la cara de Armando tras ver a Daudén señalar penal me hace dudar mucho no lo fuera. A partir de ahí, con el Racing con 0-1 desde el minuto 65, hubo diez minutos que hacían presagiar se cumplirían los deseos de Preciados. Menos mal que en el 75 Raúl López marcaba el gol de su vida. Un gran gol para un futbolista que ha crecido tanto como el Cádiz. Ya no hubo más. Enero termina con siete. Un gran mes. El segundo mejor de la temporada.