Sufriendo pero Bueno


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 Con lo que antes era el tupé marcó Bueno. Era su debú liguero en el Cádiz.

Un gol en tiempo del tiempo de prolongación obra de Aarón Bueno permite al Cádiz arrancar con victoria su inicio liguero. Ya se había pasado con creces más de la mitad de los cuatro minutos añadidos por Rafael Pino. Nada hacía presagiar que el Cádiz (que no vistió su uniforme oficial) volviera a tener otra ocasión de gol. Instantes antes, López Silva después de una brillante acción de extremo derecho, había permitido a Alvaro Jurado un disparo franco que se le marchó fuera. Parecía el último cartucho.Sin embargo, lo que empezó como tórrida tarde de fútbol por el calor, que no por el fútbol, tenía deparada una sorpresa para la sufrida afición cadista. Y así Carlos Caballero, demostrando que es el hombre con más calidad técnica a la hora del último pase, atinó a poner el balón en la cabeza de Bueno. El catalán, que apenas llevaba veinte minutos en el terreno de juego, intuyó que Adrían había dejado desguarnecido su marco y ejecutó lo que en el argot se denomina peinada. Un sutil de toque que hizo el balón, pegado al poste derecho de la meta de fondo sur. Instantes, décimas, milésimas, de suspense pues se podía dudar de la posición del dorsal 19 amarillo. El asistente de la banda de la zona de tribuna pronto despejó la incógnita. Su carrera era de gol válido. ¿Fue justo vencedor el Cádiz? A los puntos quizás sí Seguro que sí. En el minuto 38 se adelantó el Cádiz con un tanto de Carlos Caballero de libre directo. Falta cometida a Dieguito y cuando todos esperaban el centro, el madrileño la enchufó a puerta. No tapó bien su palo Adrián y el cuero, después de tocar en él y en la madera se le coló sin remisión. Sin embargo, el Cádiz dispuso de otras muy buenas ocasiones. En especial una de Velasco tras certera invitación al gol que le mandó Enrique. La mandó a las nubes el malagueño. Carlos, tras un error garrafal de la zaga blanca, también mató a las palomas, mientras que Enrique, muy activo al comienzo fue el primero que pudo batir a un Adrián que no dio muchas muestras de confianza a su defensa. Es cierto que Jurado salvó un balón de debajo de los palos tras indecisión a la salida de un córner.Por eso al descanso el marcador se antojaba justo aunque había que estar atento pues el Jaen podía quemar sus naves pronto. Y bien que lo hizo. Primero Fran Machado (que sustituyó a Añete) y luego Iván (a Valdés). En especial este segundo, muy rápido, causó muchos problemas a la zaga. El granadino Machado también sabía moverse por detrás de los centrales y Alvaro Silva sufría mucho por contener al delantero de referencia, el canterano Fernando. El Jaén no inquietaba sólo a balón parado, pero estos tres hombres unidos a Diego Segura ya avisaban de que como tuvieran la oportunidad de empatar no la iban a desaprovechar. Y no tuvieron ni siquera que avisar mucho. Caballero defiende al trote una internada de Iván y A.Silva tiene que derribar al borde del área a Fernando. Sin embargo Pino, atinadamente, ve que el balón queda suelto y que Iván Zarandona puede disparar. Da la ley de la ventaja y el hermano de Benjamin,de gran derechazo, hace inútil la estirada de Miguélez. El Cádiz ya entonces ya jugaba con López Silva y Bueno, que habían suplido a Dieguito y Velasco, los dos muy cansados. Quizás Risto Vidakovic debíó acompañar más a Jurado en la fase del encuentro en la que el Jaén más apretaba buscando la igualada. No estuvo acertado Cortés en esta labor, como tampoco se caracteriza por la briega Caballero. Por eso cuando llegó el empate, lo único que quedaba era dar la entrada a Pachón. Relevó a Enrique y el Cádiz se fue a por todas. López, Bueno, Pachón, Caballero y Cortés. Los cinco tenían la misión de lograr lo que siempre es épico, el gol postrero. Esta vez apareció. No siempre ocurrirá. Era muy importante para la confianza del plantel sumar tres a la primera oportunidad. Por eso la alegría es triple. Sufriendo pero bueno.

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