Oli y el Villareal. Un binomio que se vuelve a encontrar

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Otro premio más para «Juanito»

El gol 109 fue de primera

El Cádiz logró arañar su primer punto de la temporada en el Ramón de Carranza y exhibió un mejor juego ante un Villarreal que tras adelantarse en el marcador perdió capacidad ofensiva. Así rezaban las crónicas de agencias del Cádiz-Villareal correspondiente a la tercera jornada de liga.

Fue premonitorio de lo que ocurriría después durante grandes fases de la liga. Mejor juego de los de Espárrago pero al final lo importante, las victorias, no cayeron de nuestro lado, y no se pudieron ganar los diez partidos que se hubieran necesitado para salvar la categoría. Ante los de Castellón aquel día tampoco.

Lo que nadie tampoco podría imaginar aquella tarde es que Oliverio Alvarez marcara aquel día el último gol de su exitosa carrera profesional. Era el número 109. Oli llegó a Cádiz para recuperar el gusto por el fútbol. Al año ya soñaba con retirarse como jugador de Primera, y seguro que para sus adentros le yacía la posibilidad de retirarse en la élite. Pero no fue. Aunque  para siempre recordará este gol como el último de su vida. Fue el fondo norte del Ramón de Carranza y a un portero grande, uruguayo, vestido de rojo y con gorro, de nombre Sebastián Veira. Tampoco debe olvidarse nunca de su asistente, Enrique, que la puso para sólo rozarla. Pero había que estar para peinarla. Lo marcó como jugador de Primera División y ante el Villareal F.C, rival que dada la importancia del Trofeo Carranza 2006 va a suponer su debú oficioso como Entrenador.

 

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