Lucas Lobos apunta al once

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Tampoco encontrar dos jugadores iguales es misión fácil. Las comparaciones, nunca mejor dicho, son odiosas.

Lucas Armando Lobos llegaba a Cádiz los últimos días de diciembre. Casi sin luna de miel, unos días después, y ya en 2006, lograba disfrutar sus primeros minutos como jugador amarillo. Lo hacía en Copa. Un Sevilla que luego se le haría familiar, fue el que le enseñaba como se las gastan los defensas en la liga española. No tuvo minutos en la cuarta victoria del que ya era su equipo. Aquel día contra el Getafe estuvo probando la dureza del banquillo cadista, aunque también pasó frío calentando en la banda. Su estreno en liga tuvo como escenario La Rosaleda. Salió para pegarse a la banda derecha. Enrique le dejó su banda después de que él se hubiera encargado de dejar al Málaga con uno menos. Con el marcador favorable la aportación de Lucas fue de anestesia local.De Málaga a Madrid. En el Bernabéu también volvía a tener minutos. Lo hacía con el 2-1 y por Nenad. Sólo tenía tiempo para hacerse una foto con el estadio merengue como fondo. También Mirosavljevic era el elegido para darle su otra oportunidad, frente al Racing. Pese a salir inicialmente para situarse detrás del Cacique, demostró que no le tiemblan las piernas para dejarse ver en todo el ataque.También supo lo que es vestirse de verde de la provincia. Un exhausto Oli le dejaba un lugar nuevo: la izquierda. Sólo estuvo siete minutos. Más el famoso alargue. Tiempo suficiente para crear (desde el vértice derecho del ataque) el gol con la barriga de Cacique. Más minutos, cuarenta y cinco, dispuso la última vez. Sesma era en esta ocasión quien le dejaba su zona natural. En teoría, pues pococadiz_lobos_copa.jpg después todos veíamos que era Nenad ocupaba el espacio habitual del canario, aunque con movimientos tácticos distintos (tenía que ser desde la izquierda en lugar de en la izquierda). Mientras tanto, Lobos, con más libertad de movimientos, intentaba percutir desde todos los flancos, sobre todo con la misión de dar el pase definitivo.No le está siendo fácil a Lobos encajar en el puzzle de Espárrago y Soler. Acostumbrado a ser el referente, el líder del Gimnasia y Esgrima, en el Cádiz debe vivir sabiéndose uno más. Sentirse de un equipo, que juega como equipo, es su única salida para triunfar en Europa. Los minutos de competición y, sobre todo los entrenos, le han de servir para huir del regate innecesario. De aparecer más que estar. También comprender con la mirada la mejor línea de pase que le pide el que tiene al lado. Un compañero que ya no se apellida Vargas (Gonzalo), sino Medina (Cacique).El domingo ante Osasuna, Luquitas, el tripero, apunta al once inicial. Eso parece ha ensayado Víctor durante la semana. Pese a los encasillamientos de muchos que lo sitúan pegado a banda, será probablemente sólo una pose. Un encaje inicial. El marcador manual de Carranza dictará muchos de sus movimientos posteriores. Y es que no hay dos partidos iguales, a pesar de los que muchos nos recuerdan los enormes parecidos entre Sevilla y Osasuna. Tampoco encontrar dos jugadores iguales es misión fácil. Las comparaciones, nunca mejor dicho, son odiosas. Jonathan y Lucas son distintos.

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