El Cádiz sale mojado pero vivo de Anoeta

Mikel Aranburu rodeado de amarillos. El Cádiz enredó a la Real.Foto: Cortesía Diario Vasco

Coleman y Calderón se reparten los puntos

Históricamente nunca se le ha dado al Cádiz bien el estadio de la Real Sociedad. Tanto en el viejo Atocha como en el nuevo recinto albiazul las estadísticas no eran favorables. Se sabía además que esta Real que intenta pertrechar Coleman (si le dejan), estaba aguantando el tipo gracias a los resultados como locales. Dos cero le había ganado con claridad al entonces líder Málaga en el último antecedente liguero.

El Cádiz se presentaba además con bajas importantes. Diego Rivas, Gastón, Gustavo, De la Cuesta hace poco eran los cuatro titulares. Lo cierto es que el equipo amarillo ha sabido pasar hoja del calendario liguero sumando uno. El objetivo ahora mismo no puede ser otro que sumar 25 antes de que termine la primera vuelta. Por eso el punto suma lo suyo. Es cierto que si Lobos no peca de malabarista a lo mejor se hubiera pasado la jornada por encima de la veintena, pero también es verdad que unos centímetros más y el poste de Andrija Delibasic nos hubiera dejado en 18. También por algo la Real lleva siete partidos sin doblar la rodilla y Asier Riesgo luce números de Trofeo Zamora.

Un partido además que ha estado condicionado por las dos amarillas (las únicas que han visto los cadistas) que Amoedo enseñó en el primer tiempo a la pareja de mediocentros. Fleurquin y Bezares templaron piernas e impulsos y supieron controlarse, algo que sin duda también debe anotarse en el haber de la mejoría que esta mostrando poco a poco el equipo. En esa línea cabe incluir los minutos que Calderón ofreció a Libero Parri. Vale que fueran sólo doce, pero si es indicativo de que el entrenador cadista quiere recuperar a un jugador que puede, y debe, marcar diferencias en la categoría.