Con todos mis respetos

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Se celebró el gol, que a la postre sirvió de nada

Mi análisis de lo visto ayerNadie puede dudar de que tenemos uno de los mejores equipos técnicos de toda la Segunda División. Sin lugar a dudas, disfrutamos del entrenador con mejor currículo de toda nuestra categoría. Ninguno de sus compañeros (y rivales) en la División de Plata del fútbol español ha sido, como D. Víctor, subcampeón de liga de Primera División. A esto hay que unir, su estrecha relación con Luis Soler, un “descubrimiento” de este año para el fútbol español, pero un gran técnico en Argentina.Sin embargo, como todos los seres humanos, incluso estos dos personajes tan expertos y capaces yerran y, a veces, esos errores cuestan puntos al Cádiz C.F. Desde mi punto de vista, esto fue lo que sucedió en el partido entre el Cádiz y el Éibar. Trataré de explicarme.El resultado de 1 a 1, con la derrota del Alavés suponía, y me adhiero por una vez a la “doctrina momo”, un punto más que apetecible. El Cádiz se había rehecho al gol eibarrés y a la contra trataba de crear cierto peligro. En la segunda parte los vascos habían tomado el control del centro del campo, tanto por su bienhacer como por la incapacidad de algunos futbolistas del Cádiz.

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Manolo perdido en banda los quince minutos

Es en este punto cuando Espárrago decide sacar a Fleurquin para reforzar el centro del campo. Dejando a un lado la incapacidad que viene demostrando el jugador uruguayo en sus últimas participaciones, si la opción era reforzar el centro del campo lo lógico habría sido sacrificar a Pavoni que estaba completando un partido nefasto. Problemas de este cambio: la afición lo habría aceptado de mal grado porque le habría dado una lectura defensiva. Sin embargo, un entrenador debe abstraerse de este tipo de interpretaciones y obrar según su conciencia, no según los pitos que puedan ocasionar sus decisiones. Espero que no fuera por ventajismo o por cobardía por lo que el sustituido fuese Dani Navarrete, pero el cambio obligó a Manolo Pérez a desplazarse a la banda durante casi un cuarto de hora, periodo en el que el Cádiz anduvo aún más perdido y el 23 cadista sólo pudo hacer tres faltas y cerrar la banda. Cambio negativo desde todos los aspectos. Para más inri, cuando el mister decide sustituir a De Quintana, según él aduce por lesión muscular del catalán, introduce en el campo a Enrique (el sustituto natural de Dani Navarrete), con lo que Manolo Pérez vuelve al centro –un nuevo cambio de posición en veinte minutos- y la defensa se queda desguarnecida. Había otras opciones. Sin meternos en el error de dejar a De la Cuesta fuera de la convocatoria, podría haber introducido a Velázquez y hacer jugar a Varela de central. El Cádiz habría mantenido cierta solidez defensiva y habría liberado a los futbolistas de calidad para jugar al ataque. El problema del cambio, osado más que valiente, fue que desestabilizó la defensa y obligó a los mediocentros a estar más pendientes de defender que de atacar. Para colmo de males, un desajuste defensivo en un saque de banda provocó el definitivo uno a dos y nos quitó el punto que tan valioso resultaba. Si con De Quintana, Velázquez o De la Cuesta ese gol habría sido gol, nunca lo sabremos, pero lo que sí es un hecho que los cambios desquiciaron a un Cádiz ya de por sí bastante poco centrado. por Valdanito

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Autor: Valdanito

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