Bocardo, Acedo y Cubero no serán renovados


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Nacho Bocardo, en Chapín en junio de hace ahoracuatro años. Ocho años lleva en el Cádiz.Foto: Archivo/cadistasfinos.com

Que el Cádiz está en venta (la mayoritaria en el argot loperiano) ya no lo niega nadie. Salvo para uno de los que se presume como el último en llegar a la puja (Quique Pina), todo se lleva con la mayor discreción. Muñoz ha reconocido que se da de plazo hasta el 15 de junio para desprenderse de su paquete. También el Consejo, a través de un comunicado reconocía que «aún tiene un proyecto de futuro» y están convencidos de que si continuaran, serían «capaces de llevar al Cádiz a lo más alto, como ya lo hemos demostrado». Sin embargo los acontecimientos parecen precipitarse. Hoy se ha conocido a través de Jose Grima (Onda Cero) que el Dr. Fernández Cubero, y los dos fisioterapeutas de la primera plantilla, Nacho Borcado y Joaquín Acedo recibieron una llamada del Consejero Rodríguez Murillo por el que se les comunicaba la no renovación de sus contratos que vencían a finales del próximo mes. Son los primeros en verse involucrados por el más que probable traspaso de poderes. Y la verdad es que es una decisión que causa cierta extrañeza. Lo normal es que el grupo comprador venga con su propio proyecto deportivo que incluya director deportivo, miembros de la secretaría técnica o incluso jugadores. Se aleja un tanto de lo previsible que un club de fútbol profesional se venda sin cuerpo médico, a menos que el comprador venga con el suyo propio.  De todas formas, la consecuencia más inmediata de la noticia sería el hecho de que la etapa de Muñoz como Presidente tiene los días (quizás las horas) contados. Bocardo lleva en el Cádiz desde el 2000. Empezó con Carlos Orúe y ha vivido los últimos años siempre al pie de cañón. El Dr. Fernández Cubero empezó como ayudante de Martínez Villar, pero ya el año pasado, cuando este dejó al Cádiz se hizo con el puesto de médico del club. Joaquín Acedo, el más joven, e hijo de Acedo, centrocampista del Cádiz de los setenta, fue también jugador de la cantera durante más de diez años. En cualquiera de los tres casos han demostrado su elevada capacitación y profesionalidad. Su previsible salida del Cádiz les cierra un paréntesis de muchos años. Tendrán que abrir otro.

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