Manolo Pérez pinta mucho en el CD Roquetas

Fue el mejor del CD Roquetas pese a todo

Los años no pasan en balde. La edad no perdona, te hace ser más lento. Tampoco ayudan los kilos, más si desde siempre has tenido una complexión fuerte. Con todo ello, pese a la edad, pese a los kilos y pese a todo, Manolo Pérez fue el jugador más destacado del Roquetas contra el Cádiz.

Como ya ocurriera el año pasado, en las tres veces que el Cádiz se cruzó en su camino, el veterano centrocampista catalán fue de lo mejor de su equipo. Además, como ya ocurriera jugando en el Poli Ejido, Manolo Pérez le marcó a su Cádiz.

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Arriba, segundo por la derecha, Manolo Pérez demostró que pinta mucho en el Roquetas.Foto: G.Zafra – cadistasfinos.com

Un gol de penalti, tirado por el centro y que engañó por completo a todo un para-penaltis como Aulestia. Sin embargo, no fue por este gol por lo que destacó Manolo Pérez. Fue por todo lo demás. Por la jerarquía que tiene en el Roquetas: fue el que más mandó en el medio del campo, el que lanzaba los pases en busca de De Gomar o Zamora, el que centraba al área con peligro. Manolo Pérez fue, en Los Bajos, la prolongación de Gabriel Florit en el terreno de juego.

Una jerarquía que ya quedó más que demostrada antes de que el partido diera comienzo, en el calentamiento que realizó el Roquetas antes de que Figueroa Vázquez decretara el inicio. Ahí, en medio del corrillo de jugadores roqueteros que realizaban ejercicios de calentamiento, Manolo Pérez era el que más gesticulaba, el que más hablaba. El que más intentaba que el resto de sus compañeros salieran enchufados para medirse a uno de los gallitos de bronce.

El mayor peligro del Roquetas llegó de sus botas. Cada falta lanzada por él, llevaba peligro. Tanto si buscaba puerta (tuvo dos que se marcharon fuera del marco defendido por Aulestia por muy poco) o si lo que buscaba era encontrar un rematador en el área amarilla. En ese caso, el balón siempre iba al corazón del área, bien colocada, donde él quería. Los saques de esquina, fueron monopolizados por él.

Sólo cedió protagonismo en las jugadas de estrategia a Juanje en un par de ocasiones. En una de ellas, el Roquetas rozó el empate. Pudo haberlo conseguido, pero Aulestia adivinó entre la mañana de jugadores cadistas y roqueteros que estaban en la barrera, la trayectoria del envenenado disparo de Juanje, despejando de puños.

Mientras que los años no perdonan y su declive físico se hace más que evidente, Manolo Pérez demostró que el que tuvo, retuvo. Que el toque de balón no se pierde y que, incluso, parece que mejora con el tiempo. Visto lo visto en Los Bajos, que el Roquetas consiga la permanencia dependerá, en gran medida, del buen hacer del catalán en el centro del campo.

Manolo Pérez tras el partido. Fue el más destacado de los locales.


Autor:Diego Manuel Belmonte

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