Campeón casi sin saltar al terreno de juego


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 Jose y Pina. Protagonistas en la semana deltercer campeonato del Cádiz en 2ºB. Esperemos sea el último en mucho tiempo.

Dos eran las posibilidades que tenía ante sí el Cádiz para certificar su liderato en el Grupo IV de Segunda División B. La primera de ellas, el camino directo, relativamente “fácil”, pues dependía sólo de sí mismo: ganar al San Roque de Lepe. La segunda, ya era más complicada y dependía de lo que ocurriera en el Municipal de La Línea, donde se enfrentaban Balompédica Linense y Lucena. Si los lucentinos perdían ante los balonos, el Cádiz sería matemáticamente campeón, sin necesidad de sacar adelante su compromiso ante el San Roque de Lepe. En caso de que el Lucena no perdiera, al Cádiz le valía con conseguir el mismo resultado que los cordobeses para ser campeón del Grupo IV. Antes de saltar al terreno de juego para afrontar su compromiso liguero con el San Roque, el Cádiz ya se sabía campeón. Se sabía campeón porque el Lucena, cuando el valenciano Carbonell Hernández decretó el inicio en el Municipal de Lepe, perdía por 2-0 con la Balompédica Linense. Los goleadores balonos fueron Sarmiento (en su propia portería) y Ocaña. La remontada del Lucena, además, parecía utópica, pues a la hora de partido, Mario fue expulsado por el colegiado.El Cádiz tenía la mente puesta más en lo que ocurriera en el otro campo gaditano de la categoría que en el Municipal lepero. Sin profundidad, sin crear juego, con muchas dificultades para plantarle cara a un San Roque que se mostró más intenso desde el principio. Con todo y con eso pudo marcar, pero Akinsola falló un penalti ante Madruga. Así, hasta que se llegó al minuto veintitrés de juego, donde se dio una extraña casualidad. En La Línea, Gil Coscolla decretaba el final del partido, asaltando la Balompédica Linense la segunda plaza en poder del Lucena y, a la vez, dándole el campeonato del Grupo IV al Cádiz. Paralelamente a este pitido final, Moscardó superaba a Aulestia y ponía por delante en el marcador al San Roque de Lepe. Como si el Cádiz, sabedor de que ya pasara lo que pasara sería líder del Grupo IV a final de temporada, se dejara llevar y marcara el San Roque. El Cádiz no opuso resistencia y cayó, por este gol, en el partido en el que certificó su alirón. Un alirón triste, pues el equipo no pudo ni tan siquiera puntuar. Por delante, le quedan a los amarillos dos semanas, en las que podrá dar descanso a los titulares habituales antes de la decisiva eliminatoria de ascenso. Primero, ante el Puertollano, que nada tiene en juego, como el Cádiz. Después, por el “parón” obligado por la desaparición del Poli Ejido, rival cadista en la última jornada de Liga.

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