Al Poli le mira un tuerto

Como cada semana, traemos a nuestra Sección de Dicen que el amarillo, la crónica del partido del equipo amarillo desde la óptica de la prensa «rival». En este caso es el Ideal de Almería, y Victor J. Hernández Bru la titula de forma harto expresiva… «Al Poli le mira un tuerto».

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Tras el gol, la alegría fue grande.Fotos: web oficial cadizcf

AÚN partiendo de la base de que en fútbol siempre gana el mejor porque la finalidad del juego es meter más goles que el rival, también es cierto que a veces que hay equipos que no ganan y no se sabe muy bien por qué.El fútbol es, también como otras muchas cosas de la vida, un estado de ánimo. Y el del conjunto que dirige técnicamente Antonio Tapia no cabe duda de que ha tenido momentos mejores.Ayer, Polideportivo Ejido y Cádiz no jugaron un partido excepcional, pero la verdad es que el juego tuvo ritmo, ocasiones sobre todo en la segunda mitad y una vocación loca por parte de ambos de irse al ataque, no siempre con acierto ni creando peligro, pero sí con verticalidad y agresividad.El Poli, que pasó la primera parte en un ‘ten-con-ten’ con su rival, fue dueño y señor en la segunda mitad. Y perdió. Perdió porque sus disparos fueron al palo o se perdieron fuera por poco; y porque algunas de sus ocasiones se desperdiciaron. El Cádiz llegó dos veces y marcó un gol. Algún tuerto debe haberle ‘echado un ojo’ al equipo celeste. Y ya van cuatro derrotas seguidas.El Poli, hace un mes, encaraba el ‘Tourmalet’ de su calendario particular, con enfrentamientos tan duros como ante el Almería, el Murcia o este Cádiz. El resultado no ha podido ser más nefasto, puesto que ha perdido sus cuatro encuentros y ahora ve cómo se acercan algunos a los que, hasta hace poco, miraba con catalejo.poli_cad_02.jpgTanteo y poco brilloEn la primera mitad, los dos equipos buscaron las porterías rivales, aunque cada uno en su estilo: más directo el Poli y algo más tocado el Cádiz, aunque con resultados muy similares que quedan claros con el empate a cero del final de esos primeros 45 minutos.No fueron muchas las ocasiones en las que ambos equipos se plantaron en zona de peligro y varias de ellas llegaron a raíz de errores defensivos del rival.La primera llegaba en el minuto 13, con un descuido defensivo celeste, que permite a Pablo Hernández controlar en zona peligrosa y, tras superar a López Ramos, plantarse solo ante Kike, a quien intentaba superar por alto, acaso no la mejor opción tratándose del meta vasco, que sacaba una mano providencial para desviar a córner.El Poli derrochaba trabajo de presión en la primera línea y multiplicaba la intensidad defensiva de su dupla medular, con Víctor Salas y Robles que se estrenaban en esas labores juntos, y ello hacía incómodo el juego del Cádiz.Fruto de esa labor defensiva llegaron sus mejores opciones, como una jugada de banda muy rápida en la que Pedro Vega metía el balón a Ortiz en el 27, y éste caía en el área, en un posible penalti no señalado por el colegiado.Ocho minutos después, tras haber pasado un mal rato el Poli, dejando tocar demasiado al Cádiz aunque sin mucho peligro, en 35, Ortiz mete un balón envenenado para que Toedtli fuerce el córner.poli_cad_01.jpgEl partido, sin un fulgor extraordinario y con poco juego de área, era de ida y vuelta y, en el 36, el Cádiz tuvo la ocasión más clara de la primera mitad, con un buen balón de Nano que, tras superar a Cristian, centra al área chica donde Pablo Hernández, solo delante de la portería, hacía lo más complicado que era echarla fuera.Después, en el 41, llegaba lo mejor del encuentro, con un espectacular empalme de Pedro Vega desde más de 30 metros, con el que el canario hace al cuero tomar rumbo directo a la escuadra de Armando que, bien colocado, despeja en una de esas estiradas ‘de foto’, para el córner.Era la primera ocasión clara del gol para el Poli y la segunda llegaba en el mismo minuto, a la salida del córner, cuando Robles mete un balón de veneno al área para que Toedtli la oriente de cabeza hacia el desmarque de Víctor Salas, que en el uno contra uno ante Armando, la echa fuera, prácticamente en forma de bocinazo final para la primera mitad.En la segunda mitad, Antonio Tapia descargó todas las cajas de pólvora sobre el terreno de juego. El cordobés fue a por el partido y salió trasquilado, como el Poli, que volvió a chocarse contra un muro en sus intentos por ver la puerta rival.Dominio contra goles040D6ALM-DAL-P1_1.jpgTapia puso de salida a Paco Esteban. El granadino se había quedado en el banco, tras una semana en la que sólo había entrenado un par de días, aquejado de problemas en el gemelo. Luego entrarían al argentino Arano y otro delantero, Jonathan Soriano, que eran todos los jugadores del primer equipo que había en el banquillo. Sin embargo, el que marcó, en su primer y prácticamente único acercamiento a la portería celeste, fue el Cádiz, que en otra falta lateral, como el día del Murcia, colocaba el balón en el área por mediación de Miguel García y éste se iba directamente a la portería de Kike, tras ser peinado por el defensa Raúl Torres.De nuevo al Poli se le ponía el camino cuesta arriba y no faltaron tampoco quienes ‘ayudaron’ en ese sentido, con algún que otro silbido desde la grada.El cuadro ejidense se fue hacia arriba paulatinamente, hasta configurar una segunda mitad en la que el Cádiz llegó a actuar como si de mediocampo hacia arriba hubiera ‘cocodrilos’. Incluso marcaron los celestes, en el minuto 59, pero el colegiado anuló el tanto por un fuera de juego de Toedtli que ‘dará de comer’ a la ‘moviola’.Peligro y tiempo perdidoLa segunda y última ocasión ofensiva del conjunto de Jose González llegaba en el minuto 75, con un contraataque convertido en uno contra uno de Jonathan Sesma ante Kike Burgos, que esta vez ganaba la partida, configurándose como una auténtica montaña en su salida ante el atacante amarillo.El Poli, en la otra área, las tuvo de más colores, aunque la más clara fue de Pedro Vega en el 80, con un disparo al palo que más de uno celebraba ya como golazo. Tres minutos después era Paco Esteban el que se quedaba en posición franca para batir a Armando, pero éste parecía haberse conjurado como aliado indisoluble con su portería, que quedó inédita.En la recta final, el Cádiz tiró de oficio e impidió que prácticamente se jugara al fútbol, entre lesiones simuladas, cambios eternos y paradas de las más diversas índoles, bien secundado por un colegiado al que no le pareció importar ser cómplice de la tomadura de su propio cabello.El Poli lo intentó hasta el final a la desesperada, pero aunque el Cádiz de este año no va a ascender a Primera, sí ha demostrado sobradamente que es un equipo que, una vez que marcha por delante en el marcador, no es fácil descabalgarlo de su montura.Los celestes, en cambio, aunque no notaron en exceso las bajas de sus hombres de contención en la medular -Usero y Sunny-, carecieron de otros vicios que ya han experimentado en otros momentos de la temporada, especialmente la falta de acierto arriba y el despiste defensivo del gol: dos ingredientes auténticamente letales a la hora de intentar ganar un partido de fútbol.

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