Vacuna contra el síndrome de Pamplona

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El once que ganó en Santander y al Athlétic

Afloraron los nervios y la preocupación en la afición cajista tras la imagen dada por nuestro equipo en Pamplona. La archimanida cuestión de poner en tela de juicio la decisión del mister de seguir alineando al denominado “Once de Chapín”, volvió a hacer acto de presencia en cierto sector de la afición amarilla sumamente crítica con la idoneidad de dicha decisión ante la calidad y la potencia de la mayoría de las plantillas que conforman la supuesta “Liga de las Estrellas”. Tras el partido del Lluis Companys contra el Español, el paréntesis copero en el Carlos Belmonte de Albacete, y el del pasado domingo contra el Athletic, donde el “Once de Chapín” ha sumado seis de seis, llego a la conclusión de que nuestros jugadores salieron de los vestuarios con algo más que la indumentaria reglamentaria para jugar dichos partidos. En cada camiseta, cada calzón, cada media y cada bota llevaban impregnadas grandes dosis de vacuna contra el Síndrome de Pamplona, vacuna creada con unos componentes tan sencillos como válidos para conseguir el objetivo marcado esta temporada, a saber: disciplina táctica, honestidad, solidaridad (de chapeau el abrazo de Enrique a Estoyanoff tras lograr el gol) y, sobre todo, juego en equipo. Y el partido realizado el Domingo contra los leones, fue una prueba más de la eficacia de esa vacuna “descubierta” por el Dr. Espárrago y su equipo de colaboradores, que ha logrado, a mi humilde entender, la curación de los “críticos” y el reforzamiento de las ilusiones de los que creemos en su trabajo. P.D.: Nunca me han gustado las inyecciones, pero aguardo con impaciencia la llegada del jueves para volver a “vacunarme” en el Calderón. ¡¡¡ ESE CADIZ OE !!!

Autor:Juan Antonio Torti

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