Igual que hace siete jornadas

Tercera derrota consecutiva. El efecto Jose González se diluye poco a poco. Ante la derrota en La Victoria no valen excusas, no hay argumento alguno bajo el que escudarse. El Cádiz, con un tremendo miedo a no ganar, dilapidó el esfuerzo del primer tiempo, provocando que el gol de Velasco fuera meramente anecdótico. El caso es que el Cádiz desconoce qué es ganar en este 2011.

Siete jornadas han transcurrido desde la dolorosa derrota ante el Lorca Atlético en Carranza, que acabó costándole el puesto a Risto Vidakovic. Ha pasado el tiempo, pero nada ha cambiado: por aquel entonces, el Cádiz estaba fuera de los puestos de honor sexto-, a un punto de distancia del cuarto clasificado. ¿Les suena de algo? La situación, siete jornadas más tarde, es prácticamente idéntica. Sólo hay que cambiar la posición del Cádiz sexto antes, ahora quinto- y al cuarto clasificado antes el Melilla, actualmente el Ceuta-, pero lo importante permanece: el equipo está, a día de hoy, sin play-off. Siete jornadas después, el Cádiz vive su particular día de la marmota.

Siete jornadas después, la tabla indica que nada se ha avanzado.

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 jornada 13

Sevilla Atlético

29

Real Murcia

26

Ceuta

24

Melilla

23

Betis B

22

Cádiz

22

 jornada 20

Real Murcia

42

Sevilla Atlético

39

San Roque Lepe

36

Ceuta

35

Cádiz

34

Melilla

30

Aún queda mucho por hacer, hay tiempo para la solución. La distancia con el cuarto puesto no es insondable: un punto. Como hace siete jornadas. Pero, aún así, las sensaciones son muy malas. El equipo mantiene una línea muy irregular, mezclando grandes actuaciones con otras vomitivas. Así no se puede ascender. De hecho, así es muy difícil poder jugar el play-off, paso previo e ineludible para lograr el ascenso.

Una buena reputación puede tardar años en construirse, pero puede desmontarse en un solo instante. Eso ha pasado con el efecto Jose González. Se ha pasado de la confianza casi absoluta, a una desconfianza en aumento. Se ha pasado de ganar cuatro partidos a perder en tres consecutivos. Se ha pasado de la mejor racha de resultados de la temporada a la peor.

Hay una evidencia difícil de negar: más allá de Aarón Bueno y Velasco, este equipo no tiene banquillo. No tiene más variantes, no cuenta con más jugadores que puedan cambiar el signo de un partido. Este equipo cuenta con un fondo de armario muy limitado. Esto era así con Vidakovic y con Jose González parece mantenerse. Con catorce jugadores es muy difícil pelear por ascender.

Hace falta algo, una reacción, una luz que asome al final del túnel. ¿Pero qué? ¿Cómo va a llegar el cambio? ¿Dándole más minutos a hombres prácticamente defenestrados como David González? ¿Ayudará en algo la vuelta de Carlos Caballero tras su sanción? ¿Llegará la reacción mediante fichajes? En tal caso, ¿cuántos hacen falta? ¿Puede el club hacer frente a las necesidades deportivas del equipo con su maltrecha tesorería? Demasiadas preguntas, la mayoría de ellas sin respuesta, porque este Cádiz 2010-2011, sea quien sea el inquilino del banquillo, parece imprevisible. Tanto para lo bueno como para lo malo.

Las sensaciones no son las mejores para rendirle visita al Real Murcia dentro de dos semanas. La distancia entre ambos equipos, llamados a principio de año a tener una lucha titánica en el Grupo IV, cada vez es mayor. No sólo en lo que a puntos se refiere. Que se igualen las fuerzas entre ambos parece ya más cosa de un suicidio colectivo de los pimentoneros que del esfuerzo y buen hacer del Cádiz. Cada vez parece más claro que la lucha del Cádiz va a ser con Melilla, Ceuta, San Roque Lepe y Sevilla Atlético. 

Pero claro, antes de ir a la Nueva Condomina, toca enfrentarse al Club Deportivo Alcalá en Carranza. Un partido ante un rival con unos objetivos diametralmente opuestos a los del Cádiz, pero ya nadie se atreve a asegurar por completo una victoria de los hombres de amarillo y azul. Un partido que, a su vez, está plagado de incógnitas: ¿romperá su dinámica negativa el equipo o la prolongará? ¿Cambiará el regreso de Caballero algo? ¿Cómo recibirá Carranza a los suyos?

Autor:Belmonte

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