Recreativo, Levante y Nástic sufren los arbitrajes de la Primera División.

.arbitro_perez_lima.jpgYo no creo que los árbitros de fútbol premediten ataques contra equipos determinados. Ni siquiera contra entrenadores, pese a lo que diga Fernando Vázquez. Lo que sí ocurre es que los árbitros de Primera División tienen un chollo como segundo empleo y, como todo aquel que tiene un chollo, ostentan un desarrolladísimo instinto de supervivencia que les lleva a tomar las decisiones no según su conciencia sino según el qué dirán.Me explico. En cualquier partido de Primera (en la mayoría, al menos) hay un equipo al que resulta más cómodo beneficiar. Se trata de términos relativos y que no siempre se cumplen. Por ejemplo, en un Sevilla-Betis en el campo del Sevilla lo más cómodo es beneficiar a los de Nervión. ¿Quiere eso decir que el Sevilla es beneficiado por los árbitros? No. Porque después va al Calderón o al Nou Camp y allí resulta más fácil perjudicarle. El ejemplo, esta semana: ¿habría anulado Muñiz Fernández un gol como el de Escudé a un futbolista del FC Barcelona? Me permito dudarlo.En esta dinámica deben acostumbrarse a vivir los nuevos de Primera División. La demostración más encarnizada la sufrió el Recreativo. Después de equivocarse en el penalti a favor del Recre, Pérez Lima sabía que si perdía el Atleti por el penalti que el había señalado sería vilipendiado por la prensa madrileña. ¿Cuál fue la solución? Escamotear otro penalti clarísimo al Decano y sancionar el primer piscinazo dentro del área onubense. Para colmo, como Pérez Lima además de querer seguir chupando del bote es malo, se tragó un gol con la mano de Agüero y dio la sensación de tener perdidos los papeles con esa imagen de risas ante su gravísimo error de no expulsar a un jugador con dos amarillas.levante_kapo.jpgAlgo parecido le ocurrió al Nástic. El Athletic venía de ser robado la última jornada ante el Barcelona. Por eso resultaba más cómodo pitarle a su favor. Resultado: penalti más que dudoso a su favor, expulsión injusta del lateral del Nástic y el partido roto. A pesar de eso, como el Athletic de Bilbao está como está, a punto estuvieron los catalanes de remontar el partido.También hay que tener en cuenta que los árbitros de Primera División son tremendamente prepotentes. Son como esos malos padres que, cuando no tienen argumentos, utilizan la violencia. Algo parecido, pero con tarjetas. Las víctimas: muchas. Desde Fernando Vázquez a Juande Ramos, pasando por Ronaldo y, sobre todo, Kapó. El jugador del Levante fue expulsado por Álvarez Izquierdo, según consta en el acta del encuentro, por decir “UO”. Increíble. Habría que ver si el árbitro conoce algún idioma en el que UO sea un insulto o si dijo “uouououou”, si gritó “uuuuooooo”…La cuestión es que los tres equipos teóricamente más débiles de la Primera División salieron perjudicados esta semana. Que se vayan acostumbrando. Ya le pasó al Cádiz al inicio de la pasada temporada.Por cierto, supongo que aquellos que insinuaron que el Cádiz era favorecido en Segunda División dirán lo mismo de su Atlético de Madrid. ¿O es que alguna prensa también prefiere que se favorezcan unos equipos a otros?

Autor:JG del Valle

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