Una lección para el futuro

Un gran ambiente y al final los puntos se fueron para CórdobaFoto:cadistasfinos.com

El Córdoba no encaja y gana

En Segunda más que en ninguna categoría, nadar a contracorriente es sinónimo de derrota. Por algo en la liga pasada el 1-0 y el 2-1 fueron los resultados que más se repitieron. Se puede decir que hay dos claves, casi casi infalibles si te quieres llevar el partido, ganar.

Una es la de mantener la puerta a cero. La otra es ponerte por delante en el partido antes que el rival. Obviamente la segunda te lleva a la primera en la mayoría de las ocasiones. Hoy no le ha sucedido esa dupla de éxito al Cádiz. Tampoco le pasó en Vitoria.

Si a los trece minutos de juego, en el primer saque de esquina que concedes te meten un gol, los presagios no pueden ser peores. Y mira que se había hablado esta semana de la estrategia defensiva. Tanto que Paco Jémez y su ejecutor, Arteaga, fueron más listos que nadie y contracorriente de lo que suele suceder, sacaron el balón al piso, casi a ras de suelo. La alineación del Cádiz había optado por Rivas-Parri en la manija, por lo que no había centímetros, pero el equipo estaba concentrado para contrarrestar esta importante carencia en el fútbol moderno. Eso al menos creíamos. Claro que no hubo forma de comprobarlo, de la misma forma que no acertamos a comprender como el delantero centro del rival puede armar la pierna con la facilidad que lo hizo para hacer el cero a uno. A fuer de ser justos, seis minutos antes, Parri tenía en su bota derecha marcar el gol más fácil que seguramente habría marcado en los últimos años. Cuando sólo se trataba de empujarla en línea recta o buscando el poste derecho de Julio Iglesias, la pegó al centro donde el portero recogió con facilidad el regalo. ´

El Cádiz llegaba, especialmente con el Lucas Lobos más activo y entonado de toda la liga. Por la banda derecha a Gustavo, se le veia incómodo, y quizás algo fuera de forma todavía. Aún asi el Cuervito se marcó la jugada del partido que no pudo culminar mitad por cansancio, mitad por tener que centrar con la diestra. Parri, Casas, incluso César pudieron haber marcado en el descanso. Pero no lo hicieron y el 0-1 al intermedio no era buena señal para los amantes de las estadísticas.

Una muy buena entrada. Tribuna estaba a tope

El segundo tiempo fue netamente de posesión y control amarillo. El Córdoba ya tenía lo que quería, un gol y su puerta a cero. Arturo y Javi Moreno eran más defensas que delanteros y en especial Diego Reyes sudó de lo lindo con Lobos y un más entonado Vella. Gustavo López jugó todo el partido por su banda, pero el excéltico apenas tenía fuerzas para el balón parado. De esta forma llegó la ocasión más clara. No hubo fortuna y el tiro de Parri se estrelló en el poste de la portería de fondo norte con Iglesias batido. El Cádiz lo estaba pasando mal y para colmo Dani se contracturó. En su lugar salió por él Nano Macedo que jugó de ariete. El coruñés está negado, que dirían los menos. El coruñés está perdido, que dirían los más. Si salió él solo fue porque este Cádiz cojea de efectivos en el ataque. Ha sido el gran error de la pretemporada y con Pavoni y Dani tocados, la evidencia es más que evidencia. Si quieren otro dato en esa línea, que el mister sólo pudiera hacer dos cambios para ganar en caudal ofensivo. Todo lo que quedaba era retaguardia, y eso que uno de las sustituciones fue la de Cristian por Tano.

Un partido pues para aprender de él. El fútbol es equilibrio, defensa y ataque. En segunda, además, el gol es sorpresa, y este Cádiz, con tanto control y posesión es muy previsivo.