Pepe Mejías estuvo en los dos

Pepe Mejías, con Robinson y Sara Baras, en enero de este año, en un homenaje que recibió en la inauguración en Madrid de la Peña Cadista 1910 Foto: Archivo cadistasfinos.com

Andoni Cedrún  (el bueno de Andoni), Casajús (el futbolista-médico), son dos futbolistas que tienen en común haber vestido los colores de los dos equipos que se disputan tres puntos vitales para los cadistas.  Pero hay otro más con el requisito de haber sudado las dos camisetas. Es Pepe Mejías (Cádiz,1959), un hombre que sin duda alguna forma parte de la mejor historia amarilla, aunque también dio buenas tardes de su fútbol a la parroquía del Pilar.Quizás fuera una premoción, pero el destino quiso que Pepe Mejías debutara en el Cádiz como futbolista de primera. Lo hizo en Jerez y, curiosamente, recibía una goleada del Espanyol (2-4 en El Estadio Domecq al encontrarse Carranza clausurado). Aquella temporada, la 77-78, acabó jugando cinco encuentros. Pepe se hizo hombre, además de figura del Cádiz C.F. Dicen las leyendas que su afición al tabaco le privó de fichar por el Barsa durante la liga 81-82 (aquella campaña en la que el Cádiz de Milosevic adquirió el justo sobrenombre de Matagigantes). El caso es que se quedó en Cádiz y fue artífice fundamental de tres ascensos a primera. El de la 80-81 (con su gol en Elche), el de la 82-83, y el de la 84-85 con Benito Joanet (formó una dupla excepcional con su hermano Salva, pichichi de segunda). Es de los pocos jugadores cadistas que pueden presumir de tener tres ascensos a Primera en su historial.

Pepe Mejías con la camiseta del Zaragoza Foto: Web oficial del Cádiz C.F

En la 86-87, con su Cádiz en la élite, y en la mejor edad para un futbolista (27 años), fichó por el Real Zaragoza. La primera temporada fue extraordinaria. Jugó 39 partidos y cuatro goles, además de conseguir debutar en competición europea con su nuevo club. A la siguiente, la 87-88, pese a no ser tan buena, llegó a enfundarse la camiseta Balay durante 21 encuentros. A la siguiente, la 88-89, su hermano Salva, tiró de él para marchar rumbo a La Condomina, donde Salvador era su buque insignia. A partir de ahí, un largo peregrinar (Rayo, Elche, de nuevo Cádiz,…) para acabar su carrera deportiva en el Conil en la liga 94-95, después de casi veinte años de trayectoria. Para muchos aficionados al Cádiz, Pepe Mejías sea quizás el mejor jugador que ha pasado por el Ramón de Carranza. En cualquier caso, si hubiera que elegir a diez, siempre estaría Pepe, Pepito para sus amigos. Lo tenía todo: velocidad, precisión en el pase, un gran disparo, buen lanzador de golpes francos, visión de juego. Era uno de sus jugadores sobre los que se puede construir un equipo. Con más de 260 partidos como jugador cadista, su última temporada como amarillo fue la descenso a Segunda División en la 91-92. A pesar de ello, a Pepe Mejías siempre se le recordará en Cádiz como lo que fue. Uno de los grandes. En Zaragoza también lo disfrutaron.