El Cádiz rasca un punto tras un 2-0 en contra desde el minuto 40


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Calderón se vio obligado a hacer dos cambios antes del descanso. Raúl y Parrientraron por Cristian y Rivas.

Cuando a los cinco minutos de partido el lateral Cristian provoca, tras un pésimo control, un libre directo muy cerca del borde de área de Contreras todos pensamos en la bota diestra de su homónimo, el Cristian cordobesista. No se trataba de adivinanzas, pero Cristian Alvarez no es Sergio Rodriguez a la hora de lanzarlos. Era el primer gran apuro que había que pasar en un estadio que nos traía buenos recuerdos de las dos últimas visitas. Uno, y dos. Poco más le hizo faltar al volante cordobesista para superar la barrera y dejar helados a los miles de cadistas que veían el partido, más de mil en el propio feudo blanquiverde.

A partir de ahí el Cádiz se hizo dueño del encuentro. Sin mucha mordiente, pero los de Calderón daban sensación de poder. Lo malo es que el encuentro parecía estar marcado por las desgracias, dos, y ambas en forma de lesiones. Diego Rivas (min 26) y el propio Cristian (min 37) obligaron a Calderón a agotar dos sustituciones. Libero Parri ocupó el lugar como mediocentro, mientras que Raúl López desplazaba a Gonzalo Vicente al lateral derecho. Tres minutos tardamos en ver la primera acción del uruguayo. Y fue nefasta, pues Julio Pineda, partiendo en un claro de juego, le ganó el lance que acabó con el segundo gol cordobesista. Era lo único que había hecho el Córdoba en ataque, amen de un uno contra uno que el mismo Pineda marró poco antes.

No era justo que el Cádiz se fuera al descanso en desventaja. Mucho menos que fuera por dos goles. Así lo entendieron Kosowski y Natalio. Ambos montaron una rápida contra que fue definida con suma precisión por el valenciano con la zurda. Un gol de un delantero de los que marcan diferencias. Además de algo de justicia, el tanto mantenía al Cádiz con vida.

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Natalio, en el momento previo de marcar el que sería el momentáneo 2-1. Un gol que resultó clave para la igualada

El 2-1 con el que comenzó el segundo tiempo pronto pudo ser igualado. El Cádiz entró con tremendo empuje. El Córdoba sólo podía mantener la ventaja tratando de parar el partido con la veteranía de sus hombres. A los cinco minutos de la reanudación eran los Pineda, Pierini o Mario Gómez los que se encargaban de enfriar los arreones amarillos en busca del empate. Paco Jémez, quizás por falta de banquillo o por pecar de conservador, tardó un mundo en dar aire fresco a un equipo que cada vez defendía más atrás. Bangoura y Natalio eran un peligro cada vez que conectaban, mientras que Kosowski (algo irrregular), Libero y Kosowski se bastaban para mantener el temor por la victoria a la afición local.

El primer cambio de Jémez fue significativo. Quitar a Arteaga y meter a Rubén. Extremo por lateral. Y como suele pasar en estos casos, el efecto fue el contrario del deseado. Sólo dos minutos después era el Cádiz quien a través de la bota derecha de De la Cuesta quien empataba. Fue una falta lanzada por Parri, merced a un derribo (con tarjeta incluida) que Natalio (otra vez presente) hizo cometer a Endika. Quedaban catorce minutos, y el Cádiz estuvo muy cerca de lograr una remontada épica. Que el partido acabara en el área de Julio Iglesias fue esta vez sintomático. Todo lo contrario que ocurriese en Motril o Salamanca.

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