El Cádiz asustó al Bernabéu

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Cacique. Un gol de delantero puro.

«Hemos venido a … el resultado nos da igual»Pues no. El resultado (tampoco esta noche) daba igual a los miles de cadistas que, con una camiseta común, la de la ILUSIÓN, ha enseñado a todo España lo que es defender y alentar a su equipo. Quien no haya visto el partido, y se quede con el 3-1 con el que el Cádiz ha perdido en el Bernabéu, pensará que coser y cantar para los merengues. Un partido más de los capitalinos antes un rival de provincias… Claro que, para los que piensen eso, habría que recurrír al dicho futbolero de «el resultado no indica lo sucedido en el terreno de juego». Habrá que ver las opiniones de los doctores que escribirán en las próximas horas, pero, y dejando en el cajón el sentimiento amarillo de esta Redacción, el Cádiz C.F no ha merecido venirse de Madrid de vacío. Sin dar ningún balonazo. Defendiendo escalonadamente y con orden. Con dos buenas bandas. Con un delantero pujante, e incordiando en cada acción a los jóvenes Mejía y Ramós (hoy centrales blancos). Todo un recital de Espárrago. Un recital que alcanzó su momento de máxima ilusión en el minuto 56. Gol de Cacique y el Madrid retorcido en un Bernabéu que no daba crédito a lo que estaba viendo. En esas, Cassano sale por Gravesen (el cambio no supuso nada en el devenir del encuentro) y Lobos calienta para entrar. En una acción de Zidane muy cerca del área, el balón tropieza en la mano de Raúl López (vaya partidazo el de nuestro lateral) y la clara falta se presenta como una acción que los madridistas no querían dejar pasar dado el atasco que estaba provocando el Cádiz. Los presagios se cumplieron y Roberto Carlos hacía el 1-1. Lo que más fastidió fue ver después repetido una y otra vez como el balón pasaba por el hueco dejaba por la barrera amarilla. El 1-1, y más con tanto por delante, fue otro presagio que los merengues no iban a regalar nada. Así fue. En esta ocasión con  la ayuda del árbitro que transformó en otra falta al borde del área (idéntica al 1-1) un balón dividido en el que saltaron Zidane y Bezares. Otra falta… y otro gol.. Esta vez obra de Beckham. Un golazo. El Madrid había dado la vuelta al partido en tres minutos, pero no había ganado el partido. Sintomático la tarjeta amarilla a Casillas por perder descaradamente tiempo poco después. Si lo ganó con el 3-1, a falta de muy poco para terminar. Su autor Robinho que viendo adelantado a Armando levantó el balón fuera de su alcance.No había tiempo para más. El Cádiz, después de 13 años, volvía al Bernabéu y enseñó muchas cosas. Todas buenas. El resultado ya da igual.

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