Desquiciados

 cad_mel_01.pngBlanco y el palco de GaucciLa afición el domingo miró a la plantilla aunque ellos también son responsables.
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Desquiciados. Así están los futbolistas del Cádiz CF. Nueva derrota, segunda consecutiva después de las dos semanas en las que lleva Ramón Blanco como primer entrenador. Esta vez el rival fue la UD Melilla, que se convierte en otro equipo más que es capaz de arañar puntos del estadio cadista, como antes lo hicieron el Arroyo, La Roda, el Sevilla Atlético o el San Roque de Lepe.

Da igual que fuera por cero a uno y de penalti, transformado por el excadista Fernando Velasco en la segunda mitad. Da igual que lo justo hubiera sido otro empate a cero, aunque también es verdad que las dos mejores ocasiones del encuentro fueron visitantes, siendo únicamente Pablo Sánchez en una ocasión el que estuvo a punto de marcar.

Blanco lleva dos semanas pero su mano no se nota. Al menos por ahora. Para colmo de males, ayer sorprendía con uno de los onces tipos de Monteagudo, un 4-2-3-1 con Fall e Indiano en la manija, todo entrecomillas porque lo cierto es que tanto uno como otro no dieron unas a derechas. El senegalés es una sombra del jugador que sorprendiera en el inicio liguero. Unas sensaciones que vuelven a repetirse una semana maś en las aportaciones de Juan Villar y Pablo Sánchez. Los dos exrecreativistas, llamados a tirar del carro, son peso muerto, una rémora, incapaces ambos de desbordar al defensor de turno. Pero si el ataque no genera ocasiones, la defensa tampoco da sintomas de confianza. Como líder de esta desconfianza, David Bermúdez. El ex del Alcorcón, de nuevo central zurdo, fue pillado in albis en la jugada que terminó en el gol visitante. Lentísimo, nadie puede imaginar como deben estar el resto de centrales para que él sea el elegido como acompañante de Albentosa.

Desquiciados. Así están los futbolistas del Cádiz CF. Tanto es así que tanto Dieguito como Gallardo vieron tarjeta amarilla sin pisar el terreno de juego. El isleño por entrar a relevar a Indiano sin el visado reglamentario del árbitro. Faltaban cinco minutos para terminar y hasta ese momento esperó el entrenador para decidir.

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