De amores imposibles y otros intereses.

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Supongo que todos conocemos un caso parecido. Una pareja, más o menos bien avenida. En un momento dado uno de ellos, pongamos por caso él, decide confesar su hartazgo, la necesidad de buscar algo nuevo, de cambiar. Ella lo acepta, sabiendo como sabe que el tal hartazgo es fruto de que su, hasta hace poco tiempo, compañero, ha encontrado otra. Una que él cree mejor, más guapa, más alta, más inteligente, o simplemente más joven o más rica.La despechada amante tiene que soportar que su expareja y el nuevo amor de éste paseen su relación ante todo el universo y muestren su amor por doquier. Ella es consciente de que no les durará mucho. Quizá sí, quizá sea la mujer de su vida, formen una familia, tengan muchos hijos (o los que buenamente quieran) y llegado el día del paso sin retorno lo den juntos. Pero lo más probable es que, dentro de unos meses la nueva pareja forme parte del pasado.Mientras tanto, la mujer abandonada decide rehacer su vida. Ha sufrido unos días, casi unos meses de convulsiones. No sabía bien lo que quería, necesitaba a alguien con quien volver a sonreír pero nadie le convencía, nadie le llenaba como su antiguo compañero. Sin embargo, un día conoció a un señor, educado y correcto, ni tan joven, ni tan valiente, ni tan bello, ni tan original como su ex, pero más honesto y, por supuesto, más fiel. Después de algunas dudas, él se ganó su respeto con cariño y su amor con paciencia, con entrega y con experiencia.

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…un día conoció a un señor, educado y correcto, ni tan joven, ni tan valiente..

Cuando parecía que la historia parecía acabar con final feliz, aquella mujer guapa e inteligente (joven y rica) abandona a su ex pareja y éste vuelve, con la dignidad por los suelos, pregonando que nunca ha querido a nadie como a ella. La corteja y la persigue, la busca y se hace el encontradizo. Utiliza a aquellos amigos comunes que hacen las veces de alcahueta recordando lo felices que eran juntos, lo trabajador y valiente que era él y lo que habían cambiado durante su vida en común.Ella lo rechaza, sobre todo porque ahora es feliz, pero no cierra definitivamente la puerta, porque no sabe si mañana los aplausos se tornarán silbidos, si las sonrisas se volverán lágrimas, si tendrá que volver a recurrir a su antiguo amor, pensando que con él todo volverá a ser como antes… hasta que él vuelva a encontrar a otra con más dinero.Viene esta historia a colación por la tarea de alcahueta que se empeñan en desarrollar los periodistas de La Voz de Cádiz en la relación entre el Cádiz y José González. Yo, personalmente, estoy completamente “enamorado” de nuestro actual entrenador y, aún siendo consciente de que con Jose lo pasamos bien, no olvidó el palo que nos dio y, sobre todo, que con nosotros no hizo nada que Don Víctor no esté superando en la actualidad. por Ccapital

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