Dani le da a Casas el triunfo en el Pizjuán


cadiz_casas_ol.jpgCasas y Dani. Los dos fabricaron el gol de la victoría en el Pizjuáncadiz_dani_ol.jpg

Si el Cádiz despedía el 2007 con un gol de Casas que daban los tres puntos al Cádiz, la primera victoria del 2008, volvía a tener al ídolo del Huracán como protagonista estelar del encuentro. Si tras Tarragona, el compañero JG del Valle escribía «Casas tras los puntos a casa», ese mismo nos podía valer para describir en una frase el estreno ganador en el nuevo año.El Cádiz empezó algo espeso. Y eso que presión había poca. Pocos clubes de esta categoría pueden jugar a domicilio con más dos mil aficionados desplazados. Vale que Sevilla está a una hora y poco de autopista. Este Cádiz tiene un gran valor, incalculable siempre, que es el apoyo de su masa social, presente incluso tras una derrota, en la cuesta de enero, y a siete puntos del ascenso.Poco a poco el Cádiz fue desperezándose y ya en el primer periodo, en especial por la banda derecha, fue llegando el peligro. El Cádiz se sentía superior, y era cuestión de tiempo que el gol llegara. En el filial del Sevilla, Pablo Sánchez iba de más a menos, mientras que ni Alejandro Alfaro ni Moreno, este más adelantado, conseguían poner en serios aprietos siquiera a Contreras. Las sensaciones al descanso no eran malas. El Cádiz llegaba con su puerta a cero, y con la experiencia de los Gustavo, Fleurquin, Dani, Parri y Casas que debería aflorar tras las palabras de Calderón en el vestuario.La jugada salió perfecta, pues al poco de la reanudación el Cádiz, merced a un claro penalti, con expulsión incluida del central Gallardo, se ponía por delante. Libero Parri, un consumado especialista, lograba su segundo gol como amarillo. Lo celebró con rabia el valenciano, que se sabe está llamado a ser importante. A partir de ahí, el Cádiz pudo sentenciar. Innumerables ocasiones, y por el lado contrario el Sevilla notaba el golpe. Pero el Cádiz lo vió fácil. Volvió a echarse la siesta y cuando todos esperaban el 0-2 sentenciador llegó el empate logrado por Juan Pablo, que poco antes entró por Moreno. El espigado ariete le ganó la partida al pequeñín Cristian. Quedaba tiempo, pero los amarillos habían perdido el factor anímico de verse por delante y con un hombre más. Calderón apuró y dio entradas a Fran Cortés (que debutaba) por Rivas, para luego Libero Parri dejar su sitio a Gastón Casas. Nada que objetar al entrenador cadista que fue a tumba abierta por la victoria. Gustavo, Fran, Enrique, Casas y Dani. Cinco hombres de clara vocación ofensiva. El Cádiz seguía con la pólvora mojada, pese a que a la portería de Javi Varas se llegaba con una facilidad pasmosa. Dani falló una ocasión clarísima pasado los noventa. «Que malo eres» le cantaron ipsofacto con sorna sus amigos del barrio de Nervión. Fue un resorte, ya que con el tiempo camino de los cuatro de prolongación que dio Gorka Gardeazabal, el trianero pidió el balón, un desmarque en el área pequeña y el balón franco a Casas. Esa no se podía fallar, y Casas, otra vez, volvía a traerse los puntos para casa

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