3-1: El Cádiz no puede con Hernández Cifuentes

El Cádiz llegaba al Anxo Carro de Lugo para jugar la ida de la eliminatoria decisiva. La primera parte de un partido de ciento ochenta minutos. Enfrente, un CD Lugo que se había destapado en el play-off como un equipo seguro atrás y muy solvente ante su público. Para colmo de males para los cadistas, una tromba de agua amenazó con que no se disputara el duelo, aunque finalmente el trabajo de los operarios de la entidad gallega dio sus frutos y se pudo jugar. Jose González, que realizó una convocatoria de dieciocho futbolistas, dejó fuera de los elegidos a Juanjo Serrano, nueve titular del equipo en el play-off y al canterano Dieguito. Presentó el técnico amarillo dos cambios en el once: entraron Góngora y Dioni Villalba. El once cadista estuvo integrado por Aulestia, De Coz, Goikoetxea, Murillo, Góngora, Óscar Pérez, Yuste, Ferreiro, Ikechi Anya, Cases y Dioni Villalba. Con el pitido inicial del colegiado empezó una guerra de guerrillas a la que supo adaptarse mejor el Lugo que el Cádiz. El terreno de juego, completamente encharcado, dificultaba que se pudiera rasear el balón, que se quedaba atascado a las primeras de cambio. Imposible, pese a los esfuerzos de los operarios del Lugo, que el balón rodara. Cada pase por parte de cualquier equipo era una lucha constante por hacerse con la pelota: corrían más los futbolistas que el balón. Fue el Lugo quien más inquietó en los primeros compases de juego, con balones de Ismael o Belencoso que eran interceptados por la defensa cadista, ayudados por el nefasto estado del terreno de juego. Por parte cadista, quienes más lo intentaban eran De Coz y Ferreiro: los que mejor se adaptaron a las condiciones del Anxo Carro.A los once minutos de juego, una falta lejana sacada por Manu fue rematada por Belencoso en el segundo palo, despejando Aulestia. Sin embargo, el rechace le llegó a Pita, que marcó. Un gol que debió ser anulado por el leonés Hernández Cifuentes pues Pita, en el momento del remate de Belencoso, estaba en claro fuera de juego.Pese a ello el Cádiz no se descompuso y probó fortuna, con un disparo desde la frontal de De Coz que se marchó fuera. Poco después, Murillo pudo marcar tras un córner botado desde la derecha por Ferreiro, pero el colombiano no remató bien. Cases, antes de llegar a la media hora, también probó suerte con un cabezazo que se marchó por encima del travesaño. Tras un disparo forzado de Dioni Villalba dentro del área, llegó el segundo del Lugo. Otra falta lejana, botada por Manu es prolongada de cabeza por Garrido, dentro del área, hacia Belencoso, que solo ante Aulestia marca. Un gol que también debió ser anulado pues el central gallego estaba en posición antirreglamentaria cuando quiso asistir a su compañero.Para colmo de males, Hernández Cifuentes decidió no señalar un claro penalti de Belforti sobre Ikechi Anya. Tras la reanudación, el terreno de juego terminó de drenar y se pudo jugar algo más al fútbol. El Cádiz lo intentaba, pero no terminaba de conectar con sus hombres de ataque. En el minuto cincuenta y tres, Jose González movió banquillo: un desafortunado Cases le dejó su puesto a Akinsola. El nigeriano lo intentaría, con un tiro lejano que se le fue muy desviado. A la hora de partido, tanto Jose González como Quique Setién decidieron mover ficha. En el Cádiz, Juanse entró por Ferreiro, de los más acertados entre los amarillos. Por parte del Lugo, Luismi entró por Ismael. El Cádiz dispuso de un par de faltas lejanas que no consiguió aprovechar y, en estas, llegaría el tercero del Lugo. Como los dos anteriores tantos, en situación irregular: quizás este, el más flagrante de todos. Una jugada por la banda izquierda acaba con un pase a Quero en el área que, tras arrebatarle el balón en falta a Góngora, marca a placer.Tras el gol se desató la polémica. Quero esperaba que el tanto fuera anulado, pero no fue así. Esto provocó las protestas airadas de todos los jugadores del Cádiz y de su banquillo. Tan airadas fueron las protestas que Hernández Cifuentes, demostrando ser el más rápido del oeste, expulsó a Jose González y a Alfonso Cortijo. Cuando todo parecía estar perdido (y de que el colegiado no señalara otro penalti por manos en el área del Lugo) llegaría un rayo de esperanza entre la tormenta para el Cádiz. Óscar Pérez recogía en la frontal del área un balón suelto y marcaba. 3-1. Un gol que daba ánimos para lo que quedaba de partido y que no cerraba del todo la eliminatoria. El Cádiz, en los minutos finales, lo intentó, pero no pudo con la defensa del Lugo. Con el pitido final del colegiado, se desató la fiesta en el Anxo Carro. A pesar de todo, nada está decidido. Carranza tiene la última palabra.

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