El Villareal: Un novato pero con poderío
Ya no serán sorpresa Con la iniciada hace nada esta será la séptima temporada de los otros amarillos de la Primera División entre los mejores. Sólo el Getafe con dos ha disfrutado menos de las mieles de la máxima categoría. Claro que ser novato no es sinónimo de ser pobres. Pagar cinco millones de euros por un lateral derecho, catorce por Riquelme y tener en el plantel a futbolistas internacionalmente contrastados y cotizados (Forlan, Figueroa, Sorín…) es el ejemplo palpable de que el rival que nos visita el domingo de modesto tiene poco. Fernando Roig Alfonso, su presidente, y el gres-power (el dinero de los azulejos) ha tenido la culpa (bendita culpa para ellos) de que el Villareal se asome a Europa por primera vez desde su fundación en 1929.
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| la séptima temporada de los otros amarillos de la Primera División |
El de Roig es un proyecto serio, sin la presión de una afición que no exige, y que se frota las manos por lo que está viendo. Muy destacable además el acierto en fichajes de Llaneza en la dirección deportiva. Forlán, Figueroa, Gonzalo Rodríguez, llegarón en silencio, así como el propio entrenador Pellegrini. El buen rendimiento de todos nadie lo discute. Su primera liga en primera fue la 98-99. Ni Irulegui, ni a mediados de campaña Paquito, pudieron evitar acabar en el puesto 18º. A la siguiente volvieron a subir, y desde entonces se mantienen en la élite. En la 00-01 con Victor Muñoz en el banquillo acabaron séptimos. También con Víctor iniciaron y terminaron la siguiente (01-02). Fueron 15ª. Misma posición alcanzaron a la siguiente, la 02-03, aunque el ahora entrenador del Real Zaragoza pronto fue cesado por Paquito y más tarde llegaría Benito Floro. En la 03-04, Benito Floro empezaba y pronto sería sustituido por Paquito. Una octava posición quedó para la historia aquel año. Los castellonenses sorprendieron a todos en la última liga con el tercer puesto y el fútbol desplegado. En esta ya no se esconden y quieren ocupar un hueco detrás de los dos grandes de siempre. Van de menos a más claramente, aunque ya no sorprenderán a nadie.
