Higuain se da un festín

«El Pipita» se come a Corea del Sur

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No ha tenido mejor manera de estrenarsecomo goleador en un Mundial. Tres goles

Decían los medios de comunicación que, a excepción del partido de Alemania, este Mundial se estaba caracterizando por el bajo promedio goleador. Una vez todas las selecciones habían hecho acto de presencia en la hierba sudafricana el número de goles no podía ser más bajo: veinticinco tantos en dieciséis partidos, lo que da un porcentaje de gol y medio por partido. Unos guarismos muy bajos para un Mundial que aspiraba a superar los ciento setenta y un goles de la edición disputada en 1998 en Francia.Faltaban por entrar en escena los grandes goleadores y el primero en dar un golpe de autoridad fue el uruguayo Diego Forlán, que lideró a su selección ante la anfitriona del torneo, casi certificando su clasificación para los octavos de final. Con esos dos tantos el dos veces bota de oro del fútbol europeo se convertía en el máximo artillero del Mundial. Y le ha durado poco.Menos de veinticuatro horas ha ostentado Forlán el liderazgo en la Copa del Mundo: el argentino Gonzalo Higuaín lo ha superado en el duelo que ha enfrentado a Argentina y Corea del Sur, en el que ha logrado anotar un hat-trick. Un auténtico festín del Pipita, máximo goleador del Real Madrid por segunda temporada consecutiva, que se ha aprovechado de la defensa surcoreana. Un futbolista al que le costó obtener la confianza de Diego Maradona, quizás por sus flirteos con la selección francesa (podía jugar con Francia lugar donde nació mientras su padre era futbolista- o Argentina) pero que parece va a ser el delantero titular de la albiceleste hasta el final. LOGO_SUDAFRICA.jpgEl primer gol, un buen remate de cabeza tras un centro de Tévez. El Pipita remató sin apenas saltar al primer palo, con fuerza, con sobriedad, midiendo perfectamente los tiempos: un gol propio de un nueve nato. Su segundo gol demuestra que en el fútbol un delantero tiene que saber estar, acompañar las jugadas de los compañeros, estar atento y, cuando es necesario, ser oportunista. Una bonita jugada de Leo Messi acabó en un disparo que dio en el poste, donde Higuaín, que vino acompañando la jugada, sólo tuvo que empujar la pelota para marcar gol. El último gol, con el que instauraba el definitivo 4-1 en el marcador y culminaba su hat-trick cuarto de un futbolista argentino en un Mundial- también fue de cabeza, con un remate al segundo palo. Argentina, gracias a este hat-trick ya está clasificada para octavos de final. Buena señal los tres goles de Higuaín: ya era hora de que se animara el Mundial y de que algún gran goleador despertara del sopor generalizado al aficionado. Ojalá sirva de ejemplo y jugadores que tienen el gol en las venas, como Klose, Cristiano Ronaldo, Drogba, Luis Fabiano o Villa vean puerta y animen el Mundial.

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