Cuestión de fé

logo_small_new.gifmicroondas.gifEn «El Microondas», Ignacio de la Varga, de la redacción de deportes de la Cadena SER en Cádiz destaca esta semana en su columna que lo que pueda pensarse que ocurrirá en el Estadio José Rico Pérez de Alicante es ya … cuestión de fé….


Cuestión de féDe verdad que me niego a creer en complots y camas. Si a los jugadores no se les viese correr, luchar, pelear todos los balones, entonces habría que empezar a sospechar. Pero es que, hasta el momento, exceptuando el partido de Almería, el equipo se ha partido el alma en cada partido. El problema de este Cádiz es un problema de fútbol, sin más. No le demos más vueltas, no le busquemos tres pies al gato. Está claro que el gran problema es que Oli no esta sabiendo transmitir, o que los jugadores no están asimilando esa idea futbolística. Las causas pueden ser varias, que van desde esto que acabamos de comentar hasta lo confianza o la fe que los jugadores tengan en su entrenador. Pero cuidado, que esto último no significa querer hacerle la cama al mister. Se me viene a la cabeza una charla con Quique Sánchez Flores hace dos años en Madrid, en la que me comentaba precisamente eso, lo importante es que los jugadores crean en su entrenador. “Si hay que esprintar hasta la línea de fondo en un entrenamiento, por ejemplo, hay diferentes maneras de hacerlo, hacerlo por hacerlo, o con fe, ganas y rabia, convencido” me decía, y esto se puede extrapolar evidentemente al terreno de juego. Si tú crees en lo que te dice tu entrenador haces la presión arriba con todo, convencido de la tarea, si no crees en él, haces esa presión, corriendo lo mismo o más, pero no te sale, cuestión de fe, que muchas veces además es una fe inconsciente. Y no nos engañemos, viene marcada en gran parte por los resultados, así que esperemos que el domingo cambie todo, porque sino se va a agotar el crédito y esto desde hace algún tiempo ya, da una sensación de temporabilidad que asusta. Por cierto reconozco mi error, la semana pasada estaba convencido de la victoria amarilla y al final miren… así que ahora, mejor me callo.

Autor:Ignacio de la Varga

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