Uruguay también felicita a Víctor Espárrago

En un fútbol como el actual, plagado de personajillos necios que bailan al sol que más calienta, Don Víctor ha demostrado siempre ser todo un caballero. Templado y humilde, nunca quiere dar una palabra más alta que otra. La fuerza de sus argumentos no necesita más apoyo que su voz pausada y su acento rioplatense.

Los años vividos le han dado a Don Víctor unas anchas espaldas y un sentido común por encima de la media. Sabe premiar con silencios cuando oye ciertos ladridos. Conoce tan de cerca el éxito que sólo le arranca una leve sonrisa que dibuja mediante una mueca leve, entre irónico y tímido. Tampoco el fracaso le quiebra el gesto sino que lo recibe con elegancia, sin más paños calientes que ofrecer más trabajo.

Huye del circo que rodea a este mundo del fútbol. Él sólo habla de fútbol como deporte y suele hacerlo escudado en unos resultados que le han hecho imborrable para varias aficiones españolas. Sin embargo, respeta a unos y a otros, a los que le alaban pero también a los que le insultan. A éstos últimos les devuelve la indiferencia que da la seguridad de un hombre que se esfuerza en cada cosa que hace.

Parapetado tras unas gafas doradas, con los brazos cruzados y la mano derecha en el mentón observa las jugadas de su equipo, con el cerebro en plena ebullición. Si cierras los ojos, lo podrías imaginar en otras épocas, cuando el fútbol no lo jugaban niñatos sino que era un juego de caballeros, con la camisa de botones y la cabeza vendada. pidiéndole la revancha al capitán del equipo rival.

Erguido en la banda de Tribuna, plantado unos centímetros por detrás de la línea discontinua que marca el territorio de la nación de los entrenadores, Víctor Espárrago ha pasado los dos últimos años entregado al servicio de la causa cadista. Este 6 de octubre no lo pasará en el Ramón de Carranza pero desde Cadistasfin@s queremos felicitarle por su cumpleaños.

Fuente: Cadistasfinos.com.