Primer empate en liga

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 Sesma casi nunca pudo con Angel, otro canario

Foto: Paco Martín

logo_small_new.gifInformación que suscribe Armando Álvarez en el Faro de Vigo, periódico decano de la prensa nacional.   Defectos de personalidad El Celta perdió su propuesta futbolística y jugó el encuentro que más le convenía a los locale.  Faltó atrevimiento a la contra en la segunda mitad . La solidaridad fue la principal cualidad celeste Valioso empate, al menos mientras se entienda que la pelea por la permanencia es el principal objetivo. El Cádiz, que siempre será difícil de batir en el Carranza, entra en crisis. Al Celta le conviene que dos o tres equipos de medio pelo empiecen a descolgarse. Y es también valioso el empate porque el Celta no leyó bien el encuentro de ayer, algo que sí había conseguido en los desplazamientos anteriores. Los celestes jugaron al ritmo que le convenía a la escuadra local. Sumar en los días grises es una costumbre muy aconsejable. Pérdida de estilo El Celta jugó a ser el Cádiz y nadie hace mejor de Cádiz que el propio Cádiz. La personalidad es lo más difícil de adquirir en el fútbol. Sobre el césped, igual que en los salones de baile, hay que ser un poco Oscar Wilde. Si se pierde el estilo, se pierde el alma. Los celestes aceptaron sin más el juego de pelotazos, sangre y faltas de los gaditanos y pudieron pagarlo caro, sobre todo en la primera mitad. Capacidad de lucha Todo acontecimiento acepta mil perspectivas diferentes. Porque el Celta pecó al querer parecerse al Cádiz, pero también puede festejar que nunca desfalleciese en esa pelea a navajazos. Este equipo, al menos ahora que tiene el viento a favor, exhibe una solidaridad extraordinaria entre todos sus componentes. Así es más fácil sobrevivir a los errores. Juego aéreo El tamaño importa. Al menos, sí importa en este deporte. La plantilla celeste tiene una estatura media muy baja. En pretemporada ya se pudo ver que el Celta sufriría por alto. Para mayor dificultad, los vigueses concedieron en la primera mitad demasiadas faltas próximas a su área, pese a saber que el Cádiz tiene en la estrategia su principal recurso. Sergio no puede clonarse. Al menos, los celestes se contuvieron más tras el descanso. Faltó atrevimiento El Celta supo cuándo dar sus zarpazos en el Bernabéu y El Madrigal. Aguantó el dolor hasta que el encuentro le concedió la oportunidad que necesitaba. Ayer no fue así. Hubo una fase de la segunda mitad que parecía propicia para sentenciar al contragolpe. Ni los jugadores ni el técnico supieron aprovecharlo. Vázquez quiso rentabilizar la velocidad de José Enrique, cuando quizá hubiera convenido más la presencia de Gustavo López. Es por supuesto una simple hipótesis, porque hay un partido real y otro en la cabeza de cada espectador. Gran Baiano Un delantero como Baiano no tiene precio. El Celta pudo pagar lo que costaba el brasileño por culpa de (o gracias a) esa rodilla maltrecha. ¿Qué habría sido de Baiano si tuviese los ligamentos intactos? O muy ciegos están los ojeadores o estaría vistiendo la casaca de alguno de los conjuntos más poderosos de Europa. Y como en apariencia su cuerpo aguanta, el Celta disfruta y vive de su clase y su extraordinaria efectividad. De hecho, el conjunto le está cogiendo vicio a Baiano. Se percibe a veces una dependencia excesiva, un golpeo de balón sin otra elaboración y que el ariete invente algo. Baiano necesita colaboración, llegadas desde atrás que distraigan la atención de los centrales.   

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