Diego Maradona solo confirmó el viernes por la tarde lo que ya muchas personas me habían dicho de Jorge “Mágico” González.
Allá en Cádiz un niño se me acercó para decirme: “Ronaldo y Maradona eran unos patatas”, para él solo existía el “Mágico”. No lo vio jugar, pero los videos —que como muchos gaditanos conservan de Jorge— confirmaban su tesis.
“Es solo un niño seducido por su padre”, pensé.
Pero cuando Kiko Narváez testimonió que cuando Ronaldinho hacía alucinar a todos con “la cola de vaca” —la culebrita para nosotros— él ya la había visto hasta el aburrimiento con Jorge, entendí que lo del “Mago” trascendía.
Después fue David Vidal, un técnico que fustigó al “Mágico” para ganar notoriedad, el que me dijo: “Técnicamente González era mejor que Maradona”. Yo comenzaba a creerme el cuento.
En un bar de Cádiz, Manolín Bueno me contaba que jugó junto a Alfredo Di Stefano en el Real Madrid, vio jugar a Pelé, Johan Cruyff y Maradona y “a ninguno le vi hacer lo que hacía en el campo ‘Mágico’ González”. No puede ser casualidad entonces.
Víctor Espárrago, el técnico que más renta le sacó a Jorge cuando dirigía el Cádiz, no quiso tampoco quedarse corto en elogios: “González tenía para jugar, fácil, en cualquier parte del mundo donde él quisiera jugar”.
Salvo la del niño, todas son opiniones de expertos, pero si de referencias de la gente simple se quieren, de los que ven el fútbol solo con el afán de divertirse, qué más da mencionar a un taxista de Madrid: “Si ese tío jugara en estos tiempos, no alcanzaría toda la plata del mundo para pagarle”. Te traicionaron, Raúl.
El viernes, Maradona puso las cosas en su lugar. Jorge está entre los 10 mejores jugadores del mundo que dice haber visto. Por estar en casa y ser gentil, Diego estaba obligado a decirlo, pero ya lo había hecho antes y fuera del país.
Le tomo la palabra a Maradona. Ni Pelé ni Maradona, para mí es “Mágico”. Así de simple.
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