Maestros de la incoherencia

logo_small_new.gif cambios.jpgReproducimos columna de opinón que Willy Doña, escribe en el Diario de Cádiz. Un análisis a la temporada que da sus doce últimos coletazos. -.-.-.-.-.-  .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-

Maestros de la incoherencia diario_wdona.jpgSI la incoherencia fuera la madre de la ciencia, otro gallo cantaría a un pilón de cadistas, incluyendo en el lote no sólo a simples aficionados sino también a más de un par de periodistas y tertulianos de ocasión.

Resulta ahora que la plantilla del Cádiz es de andar por casa y poco más, dicen muchos. Curiosamente, los mismos que en pretemporada no ponían apenas peros a un grupo de jugadores que parecía encaminado a regresar de inmediato a la máxima categoría, según los comentarios, orales o escritos, de la práctica totalidad del personal. Ayer eran de buenísimos para arriba y hoy no valen un pimiento. ¿En qué quedamos?

Acusar a consejeros y secretaría técnica de haber conformado un plantel muy corto de recursos se antoja en esta ocasión una lectura excesivamente fácil de lo acontecido en el transcurso de la campaña. No soy ni mucho menos santo (perdón por el atrevimiento de utilizar esta palabra) de la devoción de Antonio Muñoz, pero creo que ni él ni Alberto Benito merecen en este asunto las críticas, incongruentes en casi todos los casos, que les están lloviendo. No cabe duda de que algunos jugadores no poseen la calidad mínimamente exigible para ser elementos de peso en un equipo obligado a dar el salto a Primera División, pero eso ocurre acá y acullá.

La situación no tiene nada que ver con la de la anterior temporada. Entonces sí que se construyó una plantilla para llorar, impropia de la máxima categoría y todo un salvoconducto para la vuelta a Segunda. Un análisis frío y serio nos vale para recordar que esta vez el grandísimo error radicó en la entrega de la nave a un capitán que aún no había manejado ni una patera. Decisión kamikaze a la vista del calibre del reto.

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