En nombre propio

logo_small_new.gif A nuestra sección «Dicen que el amarillo» de este jueves, se asoma columna de opinión que aparece en la edición impresa del Diario de Cádiz.  La escribe el ex jugador amarillo en la década de los 80, Hugo Alberto Vaca, además de presentador del programa «Sólo fútbol» en Onda Luz TV. Las palabras de Oliverio Álvarez en la rueda de prensa del lunes a escena. hugovaca.jpg .-.-.-.-.-.-  .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-

En nombre propio

En determinados momentos se reali­zan manifestaciones o comentarios que, en algunos casos, molestan a de terminadas personas. Esos comentarios suelen provocar un malestar en él o los alu­didos, que por el mismo medio u otros sue­len replicar dando nombres y apellidos concretos.

Hace pocas fechas se denunció que algu­nos futbolistas se encontraban en una de­terminada sala de fiestas sin dar los nom­bres, lo que causo un profundo malestar en el seno de la entidad amarilla porque no se citaba los teóricos responsables, dejando como posible culpable a toda la plantilla. Oli, técnico del Cádiz, ha realizado una serie de manifestaciones en los últimos dí­as, acusando a alguien de estar poco menos que conspirando para que al equípo le sal­gan mal las cosas, diciendo que deseaba la derrota en Alicante ante el Hércules para que lo destituyesen. Si se hubiera dado una vueltita por la ciudad de Cádiz, eran muchí­simos los aficionados que tenían ese pensa­miento, pero no creo que nadie de los que estamos en la información deportiva en los diferentes medios locales tuviera ese de­seo.

Considero que hubiese sido más sano y elegante decir el nombre y apellido del que cree que está en contra. Tampoco compren­do qué clase de daño puede ocasionarle Oli a esa determinada persona o simplemente sirve como excusa para desviar la atención y que la gente hable de lo que sucede fuera del campo, cuando lo que el aficionado ne­cesita es una respuesta dentro. 

A veces consideramos que van de ley y por derecho los que nos apoyan en nuestros errores y catalogamos de falsos a los que no coinciden con nuestra forma de pensar, aún a costa de poder estar equivocado.

También te podría gustar...