El volante tripero

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Lucas LobosFoto: Clarín

Lucas Armando Lobos Nacimiento: 03/08/1981 Olmos (La Plata) “Luquitas”, o “El volante tripero” son dos de los apodos con los que es conocido el mediapunta del Gimnasia y Esgrima de La Plata. El club más antiguo de la Argentina, llamado curiosamente “El Lobo” y con una afición conocida como los “triperos”. Pero no sólo son dos, sino hasta a una tercera llamada “Lobito” volvería la cabeza el que dicen pronto será cadista. Nacido en Olmos, ciudad ubicada a 10 kilómetros de La Plata, su caso es muy especial. Llegó a Gimnasia a los 19 años, de la mano de Gonzalo Uranga, después de brillar en la Liga amateur de La Plata jugando para el club Unidos de Olmos. Cuentan que Jorge Griffa, formador de jugadores y cazador de talentos, lo quiso llevar en más de una oportunidad a jugar en Boca, pero él se negó. Contra lo que muchos pibes de su edad hubieran hecho, optó por quedarse cerca de su familia y jugando en el equipo donde estaban sus amigos. Más tarde, el destino también le pondría a Boca en el camino. Fue durante la temporada pasada, cuando Jorge Benítez dirigía a los «Xeneizes» y buscaba desesperadamente un enganche. «Lucas Lobos es uno de los armadores que más me gusta», había declarado el «Chino». Pero aquella vez, por falta de acuerdo entre ambos clubes, el pase tampoco se dio. Atrevido, encarador y muy habilidoso, hace unos meses estuvo cerca de pasar al San Luis de Potosí, de México, por un millón y medio de dólares. Incluso pudo ser jugador de la empresa Televisa de México, propietaria de varios clubes. La transferencia no se concretó, pero de todos modos Gimnasia hizo un gran negocio. A falta de un partido ha llegado al último encuentro con posibilidades de quedar campeón en el torneo apertura. Lobos ha sido la figura del equipo.Fuente: Fabio Dana, ESPN Deportes


463920.JPGEntrevista realizada por Martín Carrasco (h.) para el periódico argentino de LA NACIÖN, y publicada a finales del pasado mes de noviembre. (Fotos: LA NACIÖN)»No me asusta la palabra campeón, pero nos faltan dos pasos» Conductor y figura de Gimnasia, el líder del certamen, el volante, que se casará el mes próximo, se ilusiona ante la posibilidad de lograr el título, pero mantiene la cautela; habla de la evolución de un equipo que superó momentos difíciles LA PLATA.- Mira con cara de que lo que ocurre no le gusta. Observa cada detalle para medir las palabras. Perfil bajo es lo que quiere. Sin embargo, cuando se suelta, muestra el mismo desparpajo que en la cancha le permite sacarse de encima a los rivales. Lucas Armando Lobos, conductor del líder del torneo, Gimnasia, no deja pasar la oportunidad para mostrarse tal cual es. «La verdad -sostiene-, no me gusta esto de ser famoso, tener que posar para las fotos y todo eso». En su departamento céntrico, Lucas está en pleno preparativo para su futuro casamiento con Florencia Caputo, el 16 del mes próximo, en la iglesia de San Ponciano. En medio de los detalles para la boda y atendiendo el celular que no para de sonar, Lobos, de 24 años, describió sus sensaciones, habló de la presión que significa mantener la punta y de la ilusión que comparte con el plantel del Lobo por salir campeón. «¿Qué tiene este Gimnasia para ser el líder del Apertura?», se le preguntó. «Fundamentalmente, un grupo bárbaro. Y esto no es verso. La verdad es que se formó un plantel con jugadores de mucha experiencia, como San Esteban, el «Mono» Navarro Montoya o «Teté» González, y chicos que tienen muchas ganas de trascender en el fútbol argentino», señala, mientras exhibe un impresionante raspón de no menos de diez centímetros en la pierna derecha, marca de un choque con Leonardo Talamonti. -¿Y sus méritos técnicos? 463922.JPG -Creo que la solidaridad para apoyar, ayudar o colaborar con cualquiera de los compañeros. Ese apoyo se traduce en presión para el rival y te permite manejar los tiempos de cada partido. Somos como un pulpo con muchos tentáculos que te va comiendo, no te deja respirar y te acorrala hasta conseguir el objetivo de llegar el gol. -¿Genera mucha presión mantenerse en la punta en las últimas fechas? -Es posible. Pero es una presión muy linda, que a cualquier jugador profesional le gusta sentir. Uno se mete en la cabeza solamente que debe ganar el siguiente cotejo. Así podés salir a jugar tranquilo, y el supuesto peso que puede volverse en contra lo transformás en energía. -¿Alguna vez imaginaron este presente? -Si tengo que ser sincero, ¡no! Cuando arrancó el torneo y habíamos hecho una gran campaña en el final del Clausura, nos propusimos mejorar lo anterior. Y empezamos con más dudas que certezas, hasta que dijimos: «Bueno, ahora tenemos que salir de este lío». Entonces, los resultados nos ayudaron mucho y casi sin darnos cuenta empezamos a pelear los primeros puestos, hasta que tomamos la punta. Desde ese momento, no la quisimos largar más. -¿Cuál fue el momento en que hicieron el famoso clic para destacarse como equipo? -Después del partido que perdimos con Boca, en el Bosque, por 2 a 0. Veníamos de las tremendas derrotas en el clásico frente a Estudiantes por 1 a 0 y la goleada que sufrimos contra Vélez por 6 a 0. Nos reunimos todos y nos propusimos no parar hasta encontrarnos como equipo. Y así fue. Primero vino Rosario Central y ganamos; luego, Lanús y los demás…, hasta el empate con Tiro Federal. Pero volvimos a la victoria en el Monumental. Y ojalá que podamos seguir con esta racha positiva. -¿Se sienten campeones? -No… Todavía nos faltan dos pasos. Nuestro secreto siempre fue no mirar más allá del próximo partido y esta vez no va a ser la excepción a la regla. La ilusión, al igual que los hinchas, la tenemos como todo futbolista que quiere salir campeón. No me asusta la palabra «campeón», pero nos faltan dos pasos. No nos adelantemos. Hoy pensamos en Newell´s y después será en Banfield. Nada más. Eso sí: nadie nos regaló nada y vamos a seguir peleando como hasta ahora. Florencia, la novia, le recuerda que tienen trámites que hacer. El celular suena por enésima vez y siempre por lo mismo: más entrevistas, más notas. Lucas Lobos mira, abre las manos como si quisiera decir: «No me queda otra que atender. Perdón…» . Cuando corta, antes de bajar por el ascensor desde el séptimo piso de su departamento, al que se mudó hace apenas tres meses, cuenta: «Esto es un sueño del que no quiero despertar. Este año me caso; en Gimnasia sería fantástico darles la alegría a todos los triperos y gracias al nivel al que llegué y el apoyo de mis compañeros y del cuerpo técnico, se habló de la posibilidad de que me convoquen para un amistoso con la selección. Gran parte de todo esto se lo debo a mis viejos, Alberto y Silvia, que insistieron para que fuera futbolista».

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