El Cádiz y el charco de la UD

La crónica del encuentro publicada en Prensa «rival» nos lleva a leer lo que publica Canariahora.es  Es la óptica «amarilla» del partido en la pluma de Martín Alonso. También fotos del partido que ofrece el rotativo insular (aquí)

El Cádiz que duerme el sábado como cuartoFotos: Cortesía La Voz de Cádiz

La UD se mete en un charco

En media hora, en 27 minutos justos, el Cádiz emborronó todas las cuentas, cálculos y previsiones de la Unión Deportiva Las Palmas. En ese corto espacio de tiempo, el conjunto que entrena José González marcó tres tantos, tres goles soberbios de Miguel García, Jonathan Sesma y Acuña, y lanzó al fango al equipo amarillo, que se mete en un charco considerable. La amenaza del descenso sigue presente en Pío XII.

 

La UD Las Palmas dio un paso en falso en medio de una abundancia artificial y rodeada de una sensación de autosuficiencia alarmante. Con objetivos factibles, a priori, en el horizonte, el equipo amarillo acusó su falta de pulso, se quebró de manera preocupante y se metió en problemas. Sumar 50 puntos, asegurar los doce puntos que restaban por jugar en el Estadio de Gran Canaria o meter a otros cuatro conjuntos por debajo en la clasificación parecen metas asequibles para la Unión Deportiva si se empeña en mostrar su mejor versión, porque si no se convierte en un equipo más del montón.

 

Hay, en la trayectoria de la UD Las Palmas, un antecedente reciente que debe servir como antídoto para no bajar la guardia: el último descenso de Primera a Segunda división. Parecía imposible, a seis jornadas para el final de aquella temporada (01/02), que el equipo entrenado por Fernando Vázquez bajara. Valía con ganar alguno de los tres partidos que restaban como local en el viejo Estadio Insular. Ante el Zaragoza, ante el Rayo Vallecano y ante el CD Tenerife. No ganó ni uno y la Unión Deportiva descendió. Ese ejemplo debe ser una buena lección.

 

Este sábado, ante un Cádiz sólido, que maneja sin tanto éxito un manual de instrucciones similar al de Valladolid, Almería o Real Murcia -sólido atrás y demoledor arriba-, la UD Las Palmas quedó atrapada otra vez. Enredada por su ineficacia en ataque -un solo gol en jugada elaborada en las últimas cuatro jornadas-, inmovilizada por el peso de algunas ausencias -Txiki, Nacho Garro o Nauzet Alemán- e hipotecada por diferentes desajustes defensivos.

 

Controló, sin dominar, la situación la UD Las Palmas en la primera mitad. Al equipo de Juanito le costó encontrar la pelota y en el primer cuarto de hora se movió casi siempre detrás de un Cádiz que, con Lobos y Pablo Hernández por las bandas y Pavoni y Acuña en punta, empotraba al conjunto amarillo contra su portería. Pero la Unión Deportiva se sacudió la modorra tras dar con Trashorras. El mediapunta gallego, hasta en los peores días, siempre intenta y ofrece algo diferente. Una escapada suya por la banda derecha permitió a Viyuela gozar de una clara ocasión de gol (min. 14). El cabezazo del burgalés lo atrapó Armando, pero esa sola acción sirvió para atar en corto al Cádiz.

 

Ocasiones erradas

Antes del descanso, la UD Las Palmas, sin excesivos lujos, pudo adelantarse en el marcador con dos oportunidades más. Arriaga, en el corazón del área, erró un cabezazo a centro de Castillo y, además, impidió el remate a Darino -en mejor posición- (min. 20). Poco después, Trashorras obligó a Armando a lucirse tras un libre directo. Todo eso fruto de cierto empeño y, sobre todo, a los temores de un Cádiz que se presentó en Siete Palmas agitado y revuelto. Buena parte de la plantilla, olvidado ya el ascenso, se ha opuesto a la continuidad de José González como entrenador y el único estímulo que mueve al conjunto andaluz es cerrar, cuanto antes y sin apuros, el ejercicio.

 

Tras la reanudación, el Cádiz sacudió fuerte. En media hora de vértigo. Con tres golazos. La UD Las Palmas, perdida entre cálculos y cuentas, perdió el sitio y se quedó sin respuesta. Primero encajó el trallazo de Miguel García que, desde la frontal, coló la pelota por una escuadra (min. 49). Luego llegó el dibujo perfecto que trazó Jonathan Sesma, también desde la frontal, con un palo y el fondo de la red (min. 71). Y para rematar la faena, Pavoni firmó un slalom por la banda izquierda antes de ceder a Acuña que, sin oposición y ante la indolencia general en las filas amarillas, remató a gol (min. 76).

 

Con los dos pies en un charco y el fango cerca de los tobillos, a la UD Las Palmas le toca ahora una tarde de domingo pendiente de lo que sean capaces de hacer Sporting, Castellón, Elche, Málaga o Castilla. Mal asunto sería ceder la ventaja de depender de uno mismo.