A ganarse la confianza
El día después a la presentación pública del nuevo accionista mayoritario del Cádiz, y como era de esperar, mucho se ha escrito sobre la nueva etapa que comienza para el Submarino. A nuestro «Dicen que el amarillo» traemos lo que en la columna «El cierre» de Diario de Cádiz firma José Antonio López.
 El equipo que empieza y que debe empezar a ganarse la confianza |
A ganarse la confianzaYa está todo el pescado vendido. Y pescado del bueno, fresco, con las agallas rojas y la piel y escamas brillantes. Con fuerza, capaz de nadar contracorriente y de superar situaciones tan difíciles como la de estar a punto de desaparecer y resurgir con el apoyo de todos. El Cádiz, a la vista ha estado en este desesperante proceso de negociación, tiene tirón y es un caramelo muy apetecible. Por todo: por su afición, su estructura, su tirón popular en buena parte de España, por la implicación de las administraciones públicas e, incluso, porque está próximo a cumplir su centenario.El cadismo se apresta ahora a vivir con intensídad cómo se va configurando el proyecto Baldasano. El deportivo y el social. Hay ilusión, como por cualquier criatura que nace, por ver crecer este nuevo Cádiz y que se haga más fuerte de lo que es actualmente. Esta ilusión se palpa de la misma manera que hay en el ambiente un cierto tufillo de euforia como si la sola llegada de los nuevos dueños fuera a suponer un ascenso automático y la llegada al equipo de un periodo de prosperidad deportiva. Muchos hasta se ven en la Uefa.Es en este punto donde hay que mantener la calma, la humildad, no olvidar nunca de dónde viene este club y mantener siempre, siempre, el sello de modesto que tanto bien le hace. Los nuevos dueños no son magos y tienen, primero, que ganarse la confianza del aficionado con sus decisiones y logros. No se trata de subir la próxima temporada, lo que tampoco hay que desaprovechar si la ocasión se presenta. Se trata, como decía un tertuliano radiofónico esta misma semana, de hacer un equipo competitivo que sea capaz de no tirar la liga en marzo, de jugar como un conjunto. Al foral, este negocio en el que se ha convertido el fútbol depende, como deporte que es, de que la pelota sea lo más sumisa posible.
