El Levante vuelve loco al Cádiz

cad_val_09.jpgUn equipo como el Cádiz que se mantiene con alfileres entre los grandes del fútbol español no puede superar un golpe tan grande como el de que tres de sus futbolistas más solventes cometan errores de bulto. Si Pavoni no marcase un gol a puerta vacia; si Oli se autoexpulsase;  si Armando se tragase un gol, sería muy difícil que el Cádiz lograse los tres puntos. Si ocurren las tres cosas, la derrota está asegurada y esas tres cosas sólo las puede traer el Levante.

Con esa rémora, contar la lección de fútbol que Espárrago le ha regalado a su discípulo Quique Sánchez Flores resulta bastante triste. Porque el Cádiz salió sin temores ante un rival infinitamente superior. Oli disparó a gol en el saque de centro y tocó la corneta para el ataque de la caballería cadista. Comandada por un Pavoni especialmente activo y empujada por el viento favorable, la delantera cadista creó muchos problemas a los chés.

 

cad_val_12.jpgLos valencianistas se desperezaron e impusieron su calidad agarrados a la magia de Villa. Vicente también aportaba su grano de arena desde la izquierda aunque Varela hacía todo lo posible por evitarlo. El guaje tuvo el 0 a 1 pero Armando reaccionó a tiempo. Parecía que los de Quique iban a mojar pero un saque de Armando dejó el balón en los pies a Oli que, sólo ante Cañizares, no supo marcar. La ocasión asustó a los visitantes y el Cádiz se rehizo con el mando del partido.

cad_val_11.jpgEl monólogo creció en la segunda parte. Sólo estaba el Cádiz en el campo y las ocasiones iban llegando. Marchena derribó a Enrique pero el árbitro no señaló el claro penalti. En la siguiente jugada, de nuevo Marchena derribó a Enrique, de nuevo el árbitro no vio nada, pero esta vez contó con la ayuda del juez de línea. Moreno Delgado se vio obligado a expulsar a Marchena.

 

Jugar contra 10 se ha convertido para el Cádiz en una bicoca. Esta vez supo manejar la situación, pero volvió a perder. Moretti había salvado un gol sobre la línea tras disparo de Enrique cuando llegó la primera jugada del partido. Oli robó un balón y se plantó ante Cañizares. Decidió dársela a Pavoni que, sin portero, la mandó al larguero. El error desquició a ambos y supuso el comienzo de la condena del Cádiz.

Al poco tiempo Oli perdió los papeles y le propinó una patada impropia de un gran profesional como él a la rodilla de Baraja. Oli se fue a la calle y la tragedia se mascaba. Faltaba un golpe de efecto más para dejar definitivamente muerto al Carranza. El golpe de efecto llegó con una falta botada por Vicente sin más aparente peligro que el fallo de Armando. Gol y frío, mucho frío.

A partir de ahí, nada más que el sinsabor de haber condenado al tercer mejor equipo de España y quedarnos con nada en la boca. La superioridad del Cádiz no ha servido para nada y los amarillos encadenan su segunda derrota en casa. Las dos de falta, las dos faltando pocos minutos y las dos frente a diez…

Fotos: JB / cadistasfinos.com

Autor:Ccapital

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