Buen partido, regular resultado

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 Buades hizo un gol y estuvo casi todo el partido muy conectado

Partido vibrante el vivido este Sábado de Carnaval en el Estadio Ramón de Carranza entre dos de los gallitos de la Segunda División. El Cádiz, superior durante todo el encuentro a un Almería al que le ha bastado con el bigoleador Ortiz y el guardameta Westerveld para arrancarle un empate a los amarillos.

Como casi siempre, el Cádiz salió a mil por hora del vestuario y arrolló a un Almería dubitativo. Fleurquin y Buades dominaban el centro del campo, Pavoni aguantaba la pelota y distribuía a las bandas, Pablo Hernández percutía por la derecha, Sesma superaba a Bruno, todo funcionaba prácticamente a las mil maravillas a excepción de un mínimo detalle: el gol. Las ocasiones creadas, sobre todo, por Pablo Hernández, no encontraban remate adecuado en Sesma ni en Cacique Medina, desacertadísimo durante todo el encuentro.

El primer zarpazo del Almería fue gol. Fantástica jugada de Uche que abre el balón a Mane que en Carranza jugó de interior y no de lateral- el algecireño la pone al centro y Ortiz remató a gol. Jarro de agua fría a una afición cadista que no se creía lo que veía. Sin embargo, la suerte que le había dado la espalda la primera media hora le sonrió al Cádiz un poco más tarde. Falta lateral que bota Abel Buades, el balón se envenena y se incrusta en la escuadra derecha de la porteria de Westerveld. El empate y el Cádiz en crecimiento. Tanto que pocos minutos después el equipo amarillo hacía el segundo gol por obra de Pablo Hernández pero el desastroso Alexis Pérez Pérez, a indicaciones de su juez de línea,  lo anuló.

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 Pérez Pérez estuvo mal y anuló un gol

La segunda parte nació de cara para el Cádiz que, en la misma línea en la que empezó la primera mitad, se encontró con la expulsión del lateral izquierdo almeriense Cisma. Si el partido sólo tenía un dueño, el dominio cadista se hizo incontestable en este tramo. No costaba demasiado llegar al área de los almerienses, mediante el empuje de Raul López, los balones cruzados de los centrales amarillos o los pases a la espalda de sus adelantados centrales. Sólo dos borrones: los innumerables fueras de juego en los que caían los atacantes amarillos y la falta de remate. Tuvo que ser Pablo Hernández, que crece semana a semana, el que se internara por la derecha y superara sin problemas al portero holandés del Almería.

Pero el deleite cadista duró muy poco: un minuto. Centro desde la izquierda y Ortiz que ase anticipa a todos para hacer el empate. Dos remates, dos goles y Armando que puede guardar los guantes del partido porque no llegó a estrenarlos.

Pese al golpe que supuso el empate el Cádiz siguió sacudiendo sin cesar por todas las vías posibles, pero de nuevo se negó el gol. Pavoni tuvo un par de ellas, pero volvió a demostrar que lo suyo no es el gol. Sesma también tiene el punto de mira perdido. Acuña aportó más que Cacique pero no llegó a rematar la faena Con el Cádiz volcado el Almería solo pudo soltar un par de contraataques sin acierto final. Y así, con el partido volcado sobre el área del Almería, el Cádiz disparando y llegando pero Westerveld muy atinado mandó el árbitro a parar.

 

Al final, en los hechos, todo como estaba. El Cádiz a cinco más uno del Almería. Sin embargo, en el mundo de las sensaciones queda la idea de que éste Cádiz necesita un nueve que haga práctico el fútbol vistoso y ofensivo de un Cádiz que tiene sus engranajes muy bien preparados para luchar por todo.

Autor:JG del Valle

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