Benjuméa y Ferri: El análisis


rac_cad_03.jpgEl arbitraje de Benjumea Alvarez no dejó contento el pasado sábado a la afición de Racing Portuense, ni tampoco a su cuerpo técnicoFotos: cadistasfinos.com

El arbitraje de Benjumea Alvarez no dejó contento el pasado sabado a la afición de Racing Portuense, ni tampoco a su cuerpo técnico. Analizándolo, desde mi punto de vista de éx-árbitro durante diez años, el colegiado cometió con bastante frecuencia errores graves tanto en el orden técnico como en el disciplinario que influyeron en el resultado final.Tras el segundo gol cadista, Luis Márquez, preparador físico racinguista gritaba: «Nos han robado el partido». A la finalización del partido y ya en rueda de prensa Alberto Ferri hacía unas durísimas declaraciones donde entre otras cosas decía: «Se me ha quedado cara de gilipollas», «El árbitro me ha robado la cartera». Su argumentación se basaba en dos jugadas conflictivas que me gustaría analizar.En el minuto 24 del encuentro en el área pequeña cadista Sambruno hace falta a Casilla. En ese tipo de jugadas no es aconsejable aplicar la ley de la ventaja como hizo el sr. Benjumea, sino señalar la falta ya que aplicar la ventaja en esa zona del campo no tiene razón de ser. Al no señalar la falta del atacante, y reaccionar el portero cadista zancadilleando al jugador portuense, la decisión a tomar no deja lugar a dudas, penalti, al estar el balón en juego y expulsión por agredir a un contrario. Esta jugada pudo cambiar el partido, ya que con 2-0 y 65 minutos por delante con uno menos, muy cuesta arriba habría tenido el Cádiz la remontada.Ya en la segunda parte, tras una mala cesión de De la Cuesta a su portero y la posterior zancadilla de éste a Sanlucar, para evitar que el de Bornos llegue al balón, se reclama la expulsión del colombiano, basándose en que el jugador cadista que realiza la falta es el último jugador de campo. En este punto discrepo, y me gustaría dejar claro que el hecho de que un jugador, siendo el último hombre, cometa una falta no es motivo para que se le expulse, ya que el reglamento de International Board dice textualmente: «que será expulsado aquel jugador que malogre una oportunidad manifiesta de gol de un adversario». Si la acción realizada por De la Cuesta malogró una oportunidad manifiesta de gol o no, queda a criterio del árbitro, y en mi opinión, en este caso puntual el trencilla acertó, pues Casilla habría llegado a tiempo de despejar.

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 Manu Taranilla. No estuvo muy afortunado tampoco y dejó rematar dos saques de esquina dentro de su área de meta.

Deportivamente hablando, el Racing, gracias a una mejor adaptación al terreno de juego, a una magnífica preparación física (genial la labor de Luis Marquez, en este campo) con una presión asfixiante en todas las líneas, y al planteamiento táctico de Ferri, fue superior al Cádiz durante tres cuartas partes del partido, pero los encuentros duran 90 minutos y los despistes cuestan puntos, y ayer el Racing tuvo dos, desajustes en la marca les llamó Ferri en rueda de prensa.En esa rueda de prensa, el mister tarraconense del Racing realizó unas declaraciones ya anteriormente mencionadas sobre las que tenía toda la razón del mundo en el fondo, ya que estimo que ayer el arbitraje fue pésimo y favoreció claramente al equipo cadista, sin embargo en las formas pierde todo su sentido ya que lo correcto, lo propio de deportistas hubiera sido reconocer los errores propios como así hizo y desearle más suerte al árbitro para otros encuentros ya que en esta ocasión no estuvo acertado desde su punto de vista. No es mi objetivo demonizar al cuerpo técnico racinguista ya que son tristemente frecuentes este tipo de actitudes por parte de entrenadores, directivos y futbolistas en todas las categorías de nuestro fútbol, sin que por parte de la Comisión Nacional contra la Violencia en los Espectáculos Deportivos se tomen seriamente cartas en el asunto, ya que este tipo de declaraciones pueden claramente generar violencia, y creo que deberían ser castigadas ecónomicamente de forma dura. De esa forma, seguro que se les calentaría menos la boca a algunos.

Autor:Heratore

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