Casillas, Sergio Ramos, Puyol, Piqué, Capdevilla, Xavi, Iniesta, Alonso, Villa, Busquets, Torres, Cesc, Pedro y Marchena entran en la historia


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 De nuevo David Villa con un importante gol sirve a la Selección para pasar de fase.

ESPAÑA HACE HISTORIALOGO_SUDAFRICA.jpgUn lugar en la historia. Era eso lo que tanto España como Paraguay se disputaban en su cruce de cuartos de final. Los españoles querían acabar de una vez con su gafe de los cuartos de final, haciéndole justicia a una gran generación capaz de vencer los miedos de la selección y ponerla en un lugar inimaginable para todos. Los paraguayos, que nunca habían llegado a cuartos, querían seguir avanzando y superando sus límites. Un partido con dos equipos con estilos de juegos diferentes: España buscaba el trato del balón, mimándolo; Paraguay jugaba más rocosa, más compacta, dejándose dominar y sabiendo sufrir. Para este encuentro, y pese a los debates abiertos sobre la conveniencia de alinear a Torres o a Llorente, Vicente del Bosque apostó por el mismo once titular usado a lo largo del campeonato. Es decir, ante Paraguay jugaron Iker Casillas en la portería, Sergio Ramos en el lateral derecho, Capedvila en el izquierdo, pareja de centrales formada por Puyol y Piqué, trivote en el centro del campo con Sergio Busquets, Xabi Alonso y Xavi Hernández, Iniesta escorado en la derecha, David Villa pegado a la banda izquierda y Fernando Torres como delantero centro. El colegiado fue el guatemalteco Carlos Batres, cuya designación por parte de la FIFA no gustó nada a Paraguay. De salida, Paraguay presionó muy arriba, intentando arrinconar a España, que cuando tenía la posesión de la pelota tocaba con calma, esperando que se abriera algún hueco entre la maraña defensiva de su rival. El primer disparo a portería fue del cuadro guaraní tras un saque de banda: Cardozo prolongó de cabeza buscando a Santana, que disparó mansamente desde la frontal. La presión paraguaya era constante, tratando de dificultar la salida del balón de España, haciéndole un marcaje especial a Xavi, que no terminaba de encontrar su sitio. Los ataques de la Roja eran estériles, pues tanto Sergio Ramos como David Villa –únicos jugadores que se ofrecían para inquietar al rival- estaban especialmente solos. Cada vez que controlaban la bola se veían rodeados por cuatro defensores paraguayos, sin que ningún compañero se ofreciera para combinar. También ayudaba la permisividad arbitral, que no sancionó un par de entradas de los jugadores paraguayos que deberían haber sido falta. atleti_torres.jpgMal arranque de EspañaLa superioridad física de Paraguay era manifiesta: parecía que había más jugadores paraguayos que españoles. No había movilidad por parte de Xavi e Iniesta, que debían ser el motor del equipo y los que con sus pases facilitaran las internadas de Villa. Además, Busquets se mostraba muy inseguro en el medio del campo, perdiendo balones fáciles y comprometiendo a sus compañeros cuando tenía que retrasar el cuero. Cuando España atacaba tenía otra dificultad añadida: Paraguay se replegaba por completo, defendiendo todo el equipo menos Cardozo. En los primeros veinticinco minutos de partido el acercamiento de mayor peligro llegó en una jugada por la banda izquierda de David Villa, que tras recibir un pase de Xavi, dribló a dos defensores, llegó hasta la línea de fondo y pasó raso buscando a algún compañero, pero el pase fue interceptado y despejado a corner.El primer disparo de España fue de Xavi: el catalán disparó desde lejos y el balón impactó en el larguero de la portería de Justo Villar. Marcar era muy difícil, no solo por la dificultad del equipo a la hora de elaborar el juego, sino por la inoperancia de Fernando Torres. El Niño apenas se movía, apenas se ofrecía: permanecía estático y no hizo intento alguno de ir a por una pelota franca dentro del área tras un buen centro de Iniesta. El fuenlabreño era un reflejo de España, que no era el mismo equipo que derrotó en octavos a Portugal. Mientras tanto, Paraguay gozaba de algunas buenas ocasiones: en un remate en plancha Santana estuvo a punto de adelantar a su equipo, pero no llegó a peinar el esférico. Por si fuera poco, Batres anuló un gol de Valdez por fuera de juego de Cardozo, que pese a no tocar el balón, intentó intervenir en la jugada. Era el partido más duro de España en el Mundial, más que por el rival por el mal juego exhibido por el equipo de Del Bosque. Se estaba jugando como le convenía a Paraguay: sin prisas, dejando que pasara el tiempo. Batres protagonistaTras la reanudación se mantuvo el guión del primer tiempo: Paraguay mantenía el tono físico y España jugaba enmarañada. El árbitro también se mantuvo en su línea: especialmente permisivo con las faltas de los paraguayos, apenas intervenía cada vez que caía al suelo algún futbolista de la Roja. Las quejas de la prensa paraguaya y de Chilavert parecían haber hecho mella en el guatemalteco Batres. Pese a esta ausencia de claridad en las ideas de los jugadores españoles, en los cinco primeros minutos del segundo acto llegó más veces que en los primeros cuarenta y cinco minutos al área de Villar. Viendo que el equipo necesitaba un revulsivo, Vicente del Bosque no tardó en sustituir a Fernando Torres por Cesc Fábregas. Con este cambio, Villa pasaba a jugar como único punta y Cesc jugaba donde antes había estado el asturiano, en la banda izquierda. Lo peor sucedió en el minuto doce del segundo tiempo, cuando en un saque de esquina a favor de Paraguay, Gerard Piqué agarró descaradamente a Cardozo dentro del área. Batres no lo dudó y señaló la pena máxima, amonestando además al defensor español. El lanzador fue el propio Cardozo, que lo lanzó a la derecha, pero Casillas adivinó sus intenciones y blocó el balón. En la siguiente jugada Batres pitó otra vez penalti, pero esta vez favorable a España: Alcaraz derribó a Villa y fue amonestado. El lanzador fue Xabi Alonso, que batió a Villar, pero el árbitro indicó que debía repetirse el lanzamiento. En el segundo intento Villar detuvo el disparo y, en el rechace, hubo otro penalti del cancerbero paraguayo sobre Cesc Fábregas cuando iba a disparar, pero Batres no lo pitó. Con estas decisiones el guatemalteco se había erigido en inesperado e indeseado protagonista del partido.El penalti parado por Casillas había metido a España en el partido, que pese a haberse topado con los errores arbitrales, se reencontró a sí misma. Tocaba de un lado a otro, con tranquilidad, cambiando la orientación del juego cuando era necesario y con los jugadores ofreciéndose para ayudar a sus compañeros cuando estaban presionados por los paraguayos. Iniesta se había metido en el partido: se ofrecía y asumía responsabilidades, yéndose por la banda y llegando al borde del área. Xavi Hernández pudo marcar con un duro lanzamiento desde fuera la frontal, pero el balón se marchó fuera. Tras esta ocasión de la Roja, Del Bosque introdujo al canario Pedro por Xabi Alonso: el recién ingresado jugaba por la izquierda y, como falso extremo diestro, lo hacía Iniesta.Villa rompe el muro paraguayoParaguay acabó físicamente agotada. Cuando tenía el balón no tenía las ideas claras, ni buscaba atacar: sólo quería llegar a la prórroga. A siete del final España logró un gol agónico, obra de Villa, máximo artillero en solitario del Mundial. El gol nació de una preciosa jugada individual de Iniesta, que se plantó al borde del área con mucha sangre fría para abrir el juego a la derecha, donde recibió solo Pedro. El canario disparó al palo, recogiendo el rechace Villa, que tras controlar disparó al palo nuevamente, pero esta vez el poste no repelió la bola, que se introdujo en la portería de Justo Villar. Un gol que hacía justicia a lo visto en la segunda parte y que restablecía lo ocurrido por el desastre de Batres.Del Bosque gastó su último cambio sustituyendo a un lesionado Puyol por Carlos Marchena. Con este cambio Busquets se integró también en la línea defensiva, que estuvo compuesta por cinco jugadores. España ya no podía arriesgar y sabedora de ello tocaba la pelota con parsimonia, dejando que corrieran los minutos. Paraguay decidió ir a por todas: tras una falta no señalada por Batres sobre Iniesta, el equipo guaraní salió en un contragolpe que culminó Santana. El disparo fue despejado por Casillas, pero el rechace le llegó a Santacruz , que con todo fue incapaz de batir al cancerbero español, que se rehízo y blocó el nuevo lanzamiento paraguayo. En la siguiente jugada y tras una gran jugada de Pedro, Villa pudo marcar el segundo gol del partido, pero pese a controlar con calma dentro del área, disparó mal, facilitando la intervención de Justo Villar. El partido estaba loco.Sin embargo, España supo controlar el descuento, dejando que el partido muriera hasta que Batres señaló el final del partido. Con este final, estalló la alegría retenida del grupo, que había hecho historia en el fútbol español: era la primera semifinal de España en un Mundial. Una semifinal en la que esperaba la Alemania de Özil.

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