El Atlético se reencuentra con el Calderón

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 Paz después del partido.  Semblante serio Foto: JB/cadistasfinos.com

En esta ocasión, al Dicen que el amarillo, traemos la semblanza del partido de anoche en el Calderón, en la pluma de Fernando Llamas,de la edición de deportes de El Mundo.El Atlético de Madrid rompió su mala racha en el Vicente Calderón, donde sólo había conseguido una victoria en todo el campeonato, al ganar al Cádiz por un contundente 3-0, con goles de Maxi, Pablo y Galletti. Por primera vez en la era Bianchi, el equipo rojiblanco encadena tres triunfos seguidos. El de Las Palmas, en la Copa, fue un éxito agónico teñido de negros nubarrones a pesar del valioso gol de Kezman; el de El Sardinero, el pasado domingo, un bálsamo liguero que no despejaba del todo las dudas de un equipo pensado para llegar lejos. Faltaba la reválida del Calderón y la superó sin las angustias de rigor, ante el Cádiz. Tampoco fue un paseo. Al Atlético le sigue faltando temple y mando en el centro del campo para explotar los talentos que recorren sus bandas de ataque y los que buscan opciones de remate en el área rival. Bianchi se obceca. No cambia un milímetro sus decisiones y mantiene al laborioso Zahínos en el centro, junto al ‘arregladito’ Luccin. Doble pivote en la media, dos jugadores de perfil similar en la punta (Torres-Kezman), el correcaminos Petrov y, por fin, el oportunismo de Maxi, autor del primer tanto al Cádiz, tras el que supuso la victoria anterior ante el Racing. El Cádiz enseñó su ración de fútbol a medida, bien confeccionado por Víctor Espárrago. No puede competir en la Liga de los grandes, pero puede batir a cualquiera de ellos si la tarde le es propicia. No pudo ser. Salió con la cabeza bien alta, presionando bien arriba a los rojiblancos, pero terminó reculando ante el peligro que le llegaba en un principio por la banda izquierda y tras el descanso en todo el ancho del campo.El Atlético vivió de las arrancadas de Petrov los 20 minutos iniciales. En una de las primeras ocasiones en las que el búlgaro levantó la cabeza y se detuvo a contemplar el panorama, vio que Antonio López le doblaba a su izquierda. El lateral zurdo recibió con facilidad el pase, se deshizo de Varela con un quiebro y centró al área pequeña con una precisión matemática a los pies de Maxi. El argentino casi no tuvo que moverse para batir al buen portero Armando. Le bastó con estar ahí. El Cádiz se basaba en su buena y ordenada presión en el medio campo y las habilidades de Pavoni. No renunció a sus principios, basados en la aceptable circulación del balón, pero se estrelló ante el dúo Perea-Pablo. Leo Franco necesitó escasas intervenciones para mantener la puerta a cero, aunque de vez en cuando le llegara algún aviso de peligro, como el de Pavoni a la parte exterior de la escuadra. Salvo en jugadas a balón parado, el Atlético no se halló en situaciones excesivamente comprometidas, aunque se adormiló el tiempo suficiente como para sembrar dudas en la grada del Calderón. Pero en la segunda parte pisó el acelerador. Petrov buscaba el tiro y el pase. Torres consiguió una buena posición de disparo. Al fin. Pero la respondió muy adecuadamente Armando. Kezman también envió un zapatazo con visos de gol, pero de nuevo vio volar al portero rival para sacar la pelota fuera de su marco. A continuación, Petrov sirvió un saque de esquina al primer palo, Pablo entró al asalto del área con potencia y calidad para cabecear a la escuadra, sin remisión posible. El central ‘mató’ el partido. Espárrago reaccionó sacando hombres de refresco con más capacidad ofensiva, pero el Atlético disfrutó al fin de 20 minutos finales de exhibición. Bianchi, con el resultado a recaudo, por fin dio entrada a otros personajes del equipo, dio descanso a Kezman y a Torres, dio minutos a Ibagaza, Gabi y Galletti, que cerró la historia contable del encuentro con el tercer tanto, solo delante de Armando.

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