Maldita inocencia

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 Así se gestó el primero. Demasiada inocencia. Maldita Inocencia.

El domingo 2 de abril, a las 17 horas, Santiago Cañizares era el portero menos goleado de la Primera División y el Cádiz el equipo menos goleador. Por eso, el enfrentamiento entre el Valencia de Cañizares y ese Cádiz poco goleador parecía que se saldaría con el 0 en el marcador amarillo. Sin embargo, el Cádiz logró hacerle tres goles al Valencia.en el impresionante campo de Mestalla y, sin embargo, no logró ganar. La razón fue que la que lleva dos años siendo la línea más segura del Cádiz, la defensa, estuvo absolutamente desconocida.

Eso por no hablar del portero. El argentino Ale Limia demuestra jornada tras jornada que no es portero para la Primera División española. Sus supuestas magníficas condiciones no terminan de aparecer y la inseguridad que transmite a su línea defensiva se acrecienta días tras días.

El Cádiz saltó a Mestalla con el innovador trivote (perdón por el palabrejo) que Espárrago ha considerado como el más útil para este equipo. El sistema no parecía malo al encomendar el ataque a dos jugadores rapidísimos como Sesma y Enrique, fundamentales ante un equipo grande que juega con espacios a su espalda como el Valencia. No obstante, la apuesta ofensiva pareció desbaratar la solidez defensiva del Cádiz y en el primer acercamiento valencianista el temblor de piernas de los zagueros amarillos lo solventó Villa de cabeza para hacer el uno a cero. La inocencia que demostraron los defensas cadistas se antojaba que costaría carísimo.

foto7_valencia.jpgCon un mundo por delante y el partido cuesta arriba parecía que iba a ser muy dura la tarde para los doscientos cadistas que nos desplazamos a Valencia. Pero el Cádiz no parecía muerto y Enrique y Sesma, siempre al borde del fuera de juego, amenazaban con sembrar el empate en el bello Mestalla. Así ocurrió, aunque fue a balón parado. Falta lanzada por Lucas Lobos que peina Abraham Paz y el rechace de Cañizares lo aprovecha Enrique para empatar.

La cuesta arriba se tornaba cuesta abajo. Con el empate las gradas valencianistas empezaban a preocuparse y algunos silbidos se comenzaban a oir cuando Enrique centró un balón que sólo Miguel pudo evitar que Sesma convirtiera en el 1 a 2. Esa jugada fue una de las claves del partido porque un minuto después, una jugada de tiralíneas del ataque che, con excepcional pase a primer toque del payaso Aimar, la concluyó Angulo superando la salida a la desesperada de Limia. La siguiente jugada supuso la puntilla, la falta botada por Angulo la remata David Navarro para hacer el 3 a 1. A partir de ahí el Valencia comenzó a jugar al gato y el ratón con el Cádiz.album_val_cad_01.jpg

Los amarillos no se rindieron en ningún momento aunque se sentían inferiores cuando el Valencia triangulaba en el centro del campo. Aimar mostraba las carencias de Varela y Regueiro ponía en aprietos las debilidades del nuevo trivote. Sin embargo, cuando el Cádiz tenía la pelota era capaz de triangular con gran sentido y verticalidad, buscando a Sesma y Enrique. Pero el Cádiz perdonaba y los delanteros valencianistas, no. Así, ya en la segunda parte, un nuevo desastre defensivo de colocación e intensidad propició que Angulo hiciese su segundo gol de la tarde.

album_val_cad_03.jpgPronto Jonathan Sesma dio respuesta al tanto del Valencia con un remate de cabeza tras botar una falta Enrique. El Cádiz se volvía a poner a dos pero le duró relativamente poco. Otro error en cadena de laterales, centrales y portero posibilitó que Regueiro, en posición dudosa, cediese el balón al guaje Villa para hacer el 5 a 2.

Con un resultado tan contundente en contra el Cádiz no se rindió, lo que transmite una seria confianza en la voluntad y el tesón del equipo ante las jornadas que quedan por jugar. Vella sustituyó a Varela, Suárez a Morán y Oli a Lucas Lobos mientras que el peligro cadista seguían sembrándolo Enrique y Sesma. El grancanario marcó uno de los goles de la jornada en un lanzamiento de falta magistralmente ejecutado. Quedaba partido y habría quedado más si Enrique hubiese acertado a rematar el pase de Sesma o a batir a Cañizares en dos magníficas ocasiones de las que gozó para hacer el 5 a 4.

El Cádiz no se rindió ni entregó la cuchara hasta que Muñiz Fernández señaló el final pero demostró una falta de solidez defensiva contraria a lo que nos tiene acostumbrados. Este equipo no va a bajar los brazos mientras haya opciones matemáticas, pero éstas, (las matemáticas) comienzan a estar preocupantemente en contra del Cádiz.

Autor:Ccapital

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