El sonrojo de la roja

¿Tiene esto remedio?No ganó la Selección en Cádiz, donde sólo había ganado una vez en sus tres anteriores visitas. Pero no es cuestión de mal fario. Estaba cantado que el partido estaba gafado. Fuera en la tacita o en Sos del Rey Católico (otro bendito lugar con el amarillo en su bandera). No era cuestión de colores. Tampoco de gustos. El partido de la AFE es, y seguirá siéndolo mientras se mantenga vivo, un mal trago para nuestros sufridos futbolistas. Por acompañar, ni siquiera, y ya es raro, acompañó el tiempo, y los primeros paraguas de la temporada en Carranza se reservaron para los chicos de Villar y Luis. Del partido en si casi todo no fue negativo. Por quedarnos con algo la primera media hora en la que la selección se mostró con ganas y tuvo alguna buena jugada y varias ocasiones de gol. Pero lo de la segunda mitad, es innombrable. No tiene nombre. Bochorno en rojo y amarillo. Si alguien quería ver a Senna y Oubiña juntos pues ya lo ha visto. Si alguien quería ver las ganas de Morientes por volver tampoco se quedaron con las ganas. Para colmo de “desgracias” hasta tuvo que llamarse Marica el que quedase para la posteridad como autor del gol rumano en Cádiz. Tiene guasa…Pero el problema no es de jugadores. Tampoco de entrenador, a pesar de que Luis en dos años está tirando por la borda todo lo ganado a pulso en más de treinta de profesional. Pero Luis no puede con la situación. Debió abandonar el barco tras el fracaso de Alemania y él lo sabe. La sombra alargada de la decepción le persigue. Pero el cáncer primario está arriba, en la cúspide del fútbol español. Urge un cambio, desde Villar hasta Aragonés, pasando por todos los aduladores que pululan a su alrededor.España ya no es que no inspire confianza, es que no aspira a nada. Ni trasmite ilusión, ni ganas, ni nada. Luego se preguntará más de un jerifalte porque la gran mayoría de los españoles somos de un color. Que los únicos contentos tras el partido fueran los seguidores del Dépor que vieron como Lopo y Arizmendi no participaron en el sonrojo nacional es más que un síntoma claro. No hacen faltas pruebas radiográficas. Tampoco vale pedir más consejos. ¿Tiene esto remedio? Con Villar y compañía lo dudo.