Volvió la liga a Carranza; no las victorias

Volvió la liga a Carranza. No las victorias.

Como en el 2008 cuando Baha dejaba enmudecido Carranza un 4 de enero a los catorce segundos, un año después, otro delantero centro, Alejandro, y esta vez antes de que se cumplieran cuatro de juego, dejó enmudecido el estadio, cada vez más seminuevo, de los cadistas.

 

El encuentro comenzó con la sorpresa (por no anunciada) de ver a Julián de la Cuesta de titular en detrimento de Mansilla. Gracia, como técnico joven y valiente que es, decidió que si De la Cuesta es el único defensa internacional de la plantilla no puede estar en el banquillo. Y pese a que el resultado y los goles encajados puedan dar tufo a fracaso en la decisión, nadie puede discutir que ambos tantos llegaron por el lado contrario del colombiano, y que este a su vez estuvo, sobre todo en el segundo periodo, a un nivel óptimo, quizás el mejor de la defensa.

 

Pero volviendo al inicio, el primer gol de los morados vino propiciado por una pérdida de balón de Raúl en la medular. Los años no pasan en balde y cada vez al bravísimo capitán amarillo le cuesta más volver a recuperar la forma cuando sus piernas le dan un aviso. Iván Moreno, su pareja de hoy, no es mal futbolista, pero hoy parecía Jesús Navas. La rápida contra de los alcarreños llegó, tras un afortunado rechace, a un inspiradísimo Alejandro que volvía a Carranza. Demostró sangre fría y no perdonó.

 

Momentos de desconcierto a continuación. No estaban finos ni los laterales y el Guadalajara incluso pudo ponerse por delante de nuevo tras un potente disparo de Iván Moreno. El Cádiz estaba muy estático en ataque. Ormazábal y Caballero llegaron a estorbarse en bastantes ocasiones, dejando atrás un enorme hueco con la línea de medios, donde Fleurquin se tenía que multiplicar para tapar huecos. Pero en un arreón amarillo que acabó en saque de esquina, Carlos la pone en la coronilla de Toedtli. Tiene gol el italo-argentino y cuando faltaban diez minutos para el descanso el Cádiz conseguía igualar. Pero a este Cádiz ahora las cosas no le fluyen tanto y todo lo que quedaba hasta el vestuario sólo sirvió para que el público se fuera conforme con el empate.

 

Gracia movió el banquillo en el descanso y puso a Fran por Juanma. Una opción que a la postre significaba renunciar a una banda, para buscar mayor presencia por el centro. El Cádiz dio la impresión de salir relajado, quizás pensando que como fruta madura el Guadalajara terminaría claudicando. Los amarillos ya no presionan como antaño. La sensación es que confían más de la cuenta en la pegada de Toedtli y cía, y así, en una jugada, donde lo fácil era echarla al portero, tirarla fuera, o ponerla en la portería contrario, terminaría en una mortal contral morada. De nuevo Alex, que en esta ocasión daba la gran alegría de la tarde al centenar de aficionados visitantes.

 

Quedaba mucho y por ocasiones el Cádiz mereció las tablas. En especial una de Fran donde lo fácil era meterla entre los tres palos. Hubieran quedado más de veinte minutos para el final, y todo hubiera sido posible, pero no hubo forma. Ni siquiera ver la variante de Rubiato con Mariano durante un cuarto de hora pudo frenar la segunda derrota del Cádiz en la primera vuelta, lo que sin duda es el mensaje más positivo del tropiezo.