Todo se decidirá en Carranza

El Cádiz empata a cero con el Albacete en la ida

Moralmente el Cádiz llegaba dañado a tierras albaceteñas. Los ocho goles encajados del Real Madrid B se intuían que presumiblemente era el primer rival al que debían vencer los de Jose. Recuperar la moral y recuperar el orden y las buenas hechuras de equipo que les permitió quedar campeón con holgura en el grupo IV.

Tras los noventa minutos disputados en Albacete, queda claro que los amarillos han salido fortalecidos. El bloque de Jose dejó a Aulestia sin encajar, lo que ya de por si es importante, y se trae un cero a cero para la vuelta, señalada para el próximo sábado.

Goiko, relevo en el once inicial del capitán Baquero, fue la única novedad respecto a los de las dos últimas citas. Acierto total del mister, pues el central vasco demostró que es un lujo tenerlo en el banquillo. Perfecto en la marca de Antonio Calle, también supo caer a banda derecha e ir al cruce en maś de una ocasión.

Por lo demás, un Cádiz que quizás estuvo mejor en el primer periodo, donde Ikechi demostró todo lo bueno y lo malo que ha enseñado durante la liga. Negado ante el gol, tuvo en su bota izquierda el 0-1 ya al filo del descanso. Quizás lo poco que apareció la banda derecha (Ferreiro-De Coz) fue lo peor que mostró el Cádiz en el primer tiempo. También rindió a muy buen nivel Oscar Pérez, aunque en su debe que fue de más a menos hasta desaparecer por completo del campo en los mejores momentos del Alba, a mediación del segundo periodo.

Juanjo Serrano completó el partido, si bien en ningún momento fue encontrado por JM Cases. El oriolano, al que no se le puede negar su pundonor, estuvo totalmente desacertado. No conectó con el delantero ni tampoco con ninguna de las bandas. Fue relevado por Akinsola, que tampoco dio muestras ni de su velocidad ni de su disparo.

En resumidas cuentas, con los dos rivales muy tocados físicamente por el esfuerzo realizado, ambos conjuntos dieron señales de no ser ascos a las tablas. En teoría, y jugándose el pase en Carranza el amarillo ganará en las apuestas a los blancos, pero es un resultado peligroso. Las confianzas se deben quedar en el vestuario.