Recordando a Nicolás Maquiavelo

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 El Cádiz se zafó de La Hoya y ganó con merecimiento e incluso solvencia.

El Cádiz gana con solvencia 2-0 a La Hoya y cierra una semana complicada para abrir otra de esperanza en el grupo.

El fútbol de competición profesional tiene unas reglas básicas, unos códigos que admiten pocas, por no decir ninguna discusión. Y una de ellas dice que cuando cualquier equipo se le resiste el triunfo después no de una, ni dos, sino hasta cinco jornadas, lo único importante es romper esta racha cuanto antes. Recordando a Maquiavelo, el fin justifica los medios más que nunca y esta tarde esa era la principal tesitura a derrotar por el equipo comandado desde el campo por Josete y desde el banquillo por Antonio Calderón, que mejor que nadie sabía que como cualquier entrenador con 7 puntos de 18 su trabajo estaba en entredicho por un importante sector, quizás el mismo que le vitoreaba hacía solo unos meses.

No hizo Calderón una revolución de inicio. Volvía Villar y volvía Migue Garcia, ambos en el ataque pegados a banda, mientras que Cabrera y Mejía repetían como pareja de arietes. Por detrás, Garrido y Navarrete, mientras que en defensa y portería el bloque titular de la temporada. Enfrente un cuadro que pese a seguir entrenado por el murciano José Miguel Campos presentaba muchas novedades con respecto al de la pasada temporada.

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 Resultó clave el oportunismo de Jona Mejía, paramarcar al filo del descanso. Dio tranquilidad el gol.

El inicio trajo a un Cádiz ciertamente atenazado, aunque también es cierto que nunca dejó a La Hoya meterse en el partido. Era un partido muy táctico, y donde sólo los centros de Migue García y algún otro de Oscar Rubia o Villar sembraban el incordio en una zaga visitante que parecía esperar el partido transcurriese sin encajar goles para que el nerviosismo se apoderase del Cádiz y de su afición. Sin embargo la jugada clave llegó a poco del descanso. Un centro del lateral derecho amarillo fue rematado por Jona en dos tiempos. En semifallo de cabeza la primera y una definitiva casi a quemarropa con su bota derecha. La rapidez de la jugada hizo imposible que el buen cancerbero visitante tuviera tiempo de reacción. Se había conseguido lo más importante, terminar el primer tiempo por delante y con un resultado que seguramente haría al brocoli mecánico cambiar su idea preconcebida con la que vino a Carranza, la de no dejarse sorprender. Tras el descanso, Campos hizo dos cambios, los dos ofensivos, entre ellos el del excadista Sergio Ortiz. Sin embargo el Cádiz fue el que salió más metido y hasta tres ocasiones tuvo hasta que Juan Villar, de un gran disparo, tras buen pase al hueco de Airam, hizo el segundo.  Era el gol de la tranquilidad, y si bien nada definitivo hay en fútbol, el Cádiz sabía que con el 2-0 era cuestión de estar ordenados, firmes atrás y si se podía intentar rematar el encuentro a la contra. No pudo marcarse el tercero y si bien el dominio territorial en muchas fases fue de los visitantes Aulestia apenas tuvo que intervenir, la mejor muestra de que el Cádiz esta vez ganó con justicia a un rival al que superó con un gol en cada periodo. cad_hoy_01.JPGLos dos entrenadores. Ganó el que más necesitaba el triunfo.

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