Negados ante el gol

A falta de cinco jornadas de liga, al Cádiz CF se le presenta un panorama que no es, desde luego, apto como para dormirse en ningún laurel. Y a esto se ha llegado porque a estas alturas de competición, tres partidos sin ganar, que traducido resulta un punto de nueve en juego, es un palo muy gordo te encuentres donde te encuentres en la tabla clasificatoria.  Esto es así, se mire por donde se mire, y si el Cádiz se encontrara en la pelea por el liderato, de igual manera haría daño llevarse tres jornadas sin ganar a falta de sólo cinco para terminar el campeonato, donde ya no hay tiempo para rectificar.

 El caso es que esta semana el beneficiado ha sido el Écija Balompié. Los sevillanos llegaban a Carranza de forma callada, en zona templada y casi con todos los deberes hechos. El cuadro del malagueño Miguel Rivera tiró una vez entre los tres palos, una única situación de gol dispuso y tuvo un 100% de efectividad. Ayina, el delantero cedido por el Córdoba CF, se aprovechó de un balón al hueco, le ganó en velocidad a Domingo que no quiso forzar la tarjeta amarilla, se metió en el área y pese a que Josete llegó a tiempo de ir al cruce no lo hizo con la contundencia necesaria para evitar el disparo. El chut, sin aparente peligro, fue letal para Aulestia que vio como en la primera aproximación a su puerta terminaba por ser el primer tanto del encuentro. No se había cumplido la media hora de juego y el Cádiz tenía que meter dos para ganar. No hizo méritos ninguno hasta el descanso, si bien el segundo tiempo fue otro cantar.

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El balón es sacado bajo los palos de Ramón por un zaguero

 Hasta en tres ocasiones la madera del excadista Ramón expulsó el balón. Este Cádiz, al igual que ocurrió frente al Albacete, parece depender de que los balones rechazados y las ocasiones se les presente a Roberto Peragón para cantar gol. Ayer el madrileño, que no apareció en los momentos decisivos, se quedó sin disfrutar de ningún tiro a puerta con visos de hacer diana. La más clara la tuvo Juan Villar cuando con toda la puerta a su favor y el portero rendido no fue capaz de acomodar su bota derecha después de que el palo repeliera un buen disparo con la zurda de Domingo. No tan clara como esa, pero también diáfano tuvo el gol Fall poco después. Su disparo desde el borde del área chica se estrello en la cruceta, para poco después un remate de Pablo Sánchez ser sacado por un defensa bajo los palos con Ramón ya batido.

 Aquí se apagó el fuego del Cádiz. A raíz de estas tres situaciones límites, la experiencia del sistema defensivo visitante supo dormir el partido y con calambres, astucia y los cambios introducidos por Miguel Rivera terminaron por maniatar a un Cádiz que ya había dado por imposible su apuesta por el empate.

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En este caso es Fall el que estrella en la escuadra de Ramón

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