Manual de cómo no salir del descanso con 0-0

No sé qué Cádiz nos encontraremos en Montilivi Así se expresaba Narcis Julia (3 victorias en sus 4 partidos contando este ganado al Cádiz) horas antes de que el balón echara a rodar en Montilivi. Le ha cambiado la cara al Girona el técnico catalán, pero, pese a ello, era bien sabedor de la irregularidad del Cádiz, la peor carta de presentación en una competición que por algo se le llama «la liga de la regularidad». Duele reconocerlo, pero este Cádiz ya es conocido por su irregularidad. Capaz de lo mejor, y de lo peor, aun sabiendo que de trece partidos sólo se han ganado tres.El resultado, 4-0, deja bien definido que poco hay que objetar a la derrota. Dejar la puerta a cero en Segunda es sinónimo casi de victoria segura. Si encima eres capaz de meter cuatro, pues ya el circulo está cerrado hasta dentro de siete días.Pero lo peor no es el resultado. Los que han visto fútbol saben que la imagen mostrada por el cuadro amarillo deja sensaciones de equipo previsible en su apuesta futbolistica, sin capacidad de reacción, defensivamente vulnerable con enorme facilidad y, casi lo peor de todo, muy frágil de moral. De equipo, en definitiva, roto. Si el buen entrenador, se dice (y se dice bien) que es aquel que más rendimiento obtiene a su plantilla (individual y colectivamente), Javier Gracia está pasando el peor momento de su corta, pero a seguro que a futuro, brillante carrera de entrenador. Cristian, Fragoso, Erice, Enrique, López Silva, Barto, Ormazábal. Estos, todos titulares y protagonistas de la goleada encajada, parecen futbolistas en el fin de su carrera. Nadie podía esperar que con ellos en un once titular, el Cádiz pudiera dar más la imagen de equipo de 2ºB que de aspirante a complicar la vida a cualquier once de la liga de plata.Y lamentable así es. ¿De quién es la culpa? Si se supiera se diría pero esto es fútbol y sólo queda que trabajar y esperar una nueva oportunidad, la siguiente que fija el calendario. Pero  hay que cambiar. Lo primero, revertir dinámica de resultados en contra y sangría de goles encajados.Sobre el partido, es hora de acordarse del titular de esta crónica. El Cádiz, que en los primeros 45 minutos sólo sufríó un disparo con peligro, y maniató al Girona, fue zarandeado en los primeros diez minutos. ¿Qué pasó para ello? Lo único constatable que Juliá hizo un cambio con mucho criterio en el descanso. Quitó a Bernaus, lateral izquierdo amonestado, y puso en su lugar al excadista Juanma. Retrasó a Moha al lateral zurdo y percutió una y otra vez por el perfil diestro de la zaga amarilla. Dos faltas laterales, varios saques de esquina y… tuvo que llegar el gol, de Albert Dorca desde fuera del área. Luego, sin apenas pestañear, uno de penalti de Peragón y otro del central Migui. El cuarto, en el alargue, fue anécdota.

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