Los cambios no refrescaron

La semana de tres partidos (Écija, Orihuela y Roquetas) pasó factura a los jugadores del Cádiz. Se notó el cansancio, la falta de frescura e ideas en los jugadores que saltaron a Los Bajos. El Cádiz fue un equipo previsible, monótono, plano, a excepción de las galopadas por la banda de Ferreiro e Ikechi.

Con todo, al descanso se llegó con una situación que, salvando un detalle, bien la habría firmado Jose González antes de comenzar. Ganando, con dos goles y con la sensación de que, sin hacer gran cosa, el Cádiz estaba controlando a un Roquetas que no daba mucha guerra. El “pero” achacable a esta situación, que el Roquetas había marcado un gol y que, por tanto, la renta obtenida tras los primeros cuarenta y cinco minutos era escasa.

Jose González realizó tres cambios, buscando frescura y terminar de controlar la situación. En el minuto cincuenta, Moke entró por Héctor Yuste. En el sesenta y tres, Toti sustituyó a Dieguito. Finalmente, en el setenta y nueve de partido, Juanjo cubrió el hueco que dejó Akinsola. Tres cambios. Ninguno de ellos mejoró la situación.

Moke dio descanso a Yuste, amonestado en la primera mitad y que desde la cuarta jornada lo había jugado todo, sin descanso. Sin embargo, el franco-congoleño no hizo nada reseñable, echándose por momentos en falta al murciano. Protagonizó pérdidas de balón peliagudas, no se mostró contundente a la hora del corte y, en ocasiones, rifó el balón sin tener por qué.

Tampoco Toti aportó nada reseñable. Al salmantino, que sustituyó a un Dieguito al que se le vio con ganas (aunque con el mismo cansancio del que hicieron gala sus compañeros) apenas se le vio. Y eso que jugó en la mediapunta, posición en la que parece sentirse más cómodo. Partido a partido, Toti va dejando pasar oportunidades. El “palo” dado por Jose González, dándole la titularidad a Ikechi en su lugar, parece no haber mejorado la situación de este futbolista.

Finalmente, Juanjo Serrano sustituyó a un poco lucido Akinsola, que faltó a su cita con el gol marrando una clara oportunidad en la segunda parte. Quizás, de todos los cambios, el de Calamonte fue el que más intentó cosas. El que más se ofreció, al que más se le vio. Lástima que los balones que recibió fueran demasiado lejos del área, teniendo que pelearse con los zagueros roqueteros por avanzar unos metros, cuando la velocidad no es uno de sus fuertes.

En Roquetas, el banquillo, que tan importante está siendo en esta campaña, no lo fue tanto. Los jugadores de refresco, tal vez aquejados del mismo problema que los futbolistas a los que debían dar descanso, no dieron lo esperado.

roq_cad_023.jpg Juanjo Serrano fue el que menos tiempo tuvo. Aún así, tampoco se le vio fino.

Autor:Belmonte

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