La vía se estrecha

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Transcribimos análisis que Carlos Martinez, realiza en el Correo Digital de Vitoria.

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Así lo vimos por la tele.

El órdago a mayor de ayer se volvió en contra de un desconcertante Alavés que ante su afición perdió casi medio ascenso. Ante un Cádiz que se llevó excesivo premio, ni siquiera un justo y necesario empate se consiguió. Después de una primera parte notable, aunque con un gol en contra fruto de la mala fortuna, la continuación reflejó una impotencia e impaciencia tales, que finalmente se pagaron. Sin recompensa en el remate, un Cádiz reservón le apuntilló al contragolpe. De esta forma y con el gol ‘average’ en contra, se escapan el Celta y el propio Cádiz. La tercera plaza en discordia se la tendrá que arrebatar al Eibar, al que visita dentro de tres semanas. Eso sí, a la par también incordian el Elche y el Recreativo. Por tanto, ya no hay margen de error y primero habrá que acometer con garantías la visita a Xerez. Me preocupa sobre todo el aspecto anímico de la plantilla para sobreponerse a esta situación, pero hay que reconocer que se debe a la irregularidad manifiesta durante la temporada. CARA Y CRUZ Increíble, pero cierto y de ahí la a veces ilógica del fútbol. En Mendizorroza se vio un Alavés con dos caras bien distintas. Hasta el descanso, su superioridad en el juego, con el renacido De Lucas al mando, no tuvo reflejo en el marcador, sino todo lo contrario y debido especialmente a su falta de puntería -con Bodipo a la cabeza-. De tanto perdonar, se acaba uno acordando y la reanudación reflejó la otra cara de la moneda. Contra un equilibrado Cádiz -sus números lo demuestran-, más replegado si cabe, los alavesistas volvieron a caer en viejos males. El bajón físico y moral en mayor medida, nos recordó que el camino recto no siempre es el mejor y de ahí la repetitiva infrautilización de las bandas. Con pocos espacios, se abusó del juego por el centro y con media hora por delante vinieron los cambios y cundió la precipitación. Craso error, cuando en el descuento casi se remonta lo imposible, merced al esperado debut del oportunista Mostovoi.ESPERANZAMientras hay vida, hay esperanza y es lo último que se pierde. Está claro que todavía el Alavés depende de sí mismo, aunque el ascenso se haya puesto cuesta arriba. Para ello, manos a la obra, aunando fe y constancia. Ahí está ‘la madre del cordero’, ya que la recuperación anímica pasa también por mantener una regularidad y acierto inusuales hasta ahora, de aquí hasta el final. Este verdadero talón de Aquiles del equipo tiene su primera prueba de fuego el domingo en Xerez, confiando en que después esperan diez finales más.Fuente: El Correo Digital

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